Treinta y cinco días han pasado desde que la región se vio afectada por el terremoto y posterior tsunami y aún existirían zonas donde los menores sienten temor de volver a clases producto de las fuertes replicas que se han sentido durante estas últimas semanas.

Es que cada movimiento recuerda aquel día donde centenares de casas y varias escuelas cedieron producto del terremoto. De ahí la importancias de las terapias de contención que están realizando los municipios y las seremias de Educación y Salud para revertir el temor que sentirían los padres y los alumnos de las comunas más afectadas por el movimiento sísmico.

La intervención que estarían realizando los profesionales en las zonas más afectadas sería fundamental para poder “retomar” la normalidad y la tranquilidad de los más pequeños.

Un ejemplo de ello sería la localidad de Chalinga, ubicada al interior de Ovalle. Aquí los menores que estudian en el internado sentirían temor de volver a clases producto de los severos daños que provocó el terremoto en la escuela. Este recinto tuvo problemas con el cielo falso, derrumbe de paneles de salas, daños en luminarias y la destrucción de una escalera de piedra.

Todo esto ha implicado que los padres se rehúyan de enviar a sus hijos a estudiar por miedo a que una fuerte réplica termine por colapsar lo que quedó de la escuela. “Los niños están muy asustados y no quieren ir a la escuela” afirma Brenda Robles, presidenta del centro general de padres y apoderados.

La encargada de la oficina psicosocial del Departamento de Educación municipal, Leticia Andrade, explica que el temor que sentirían los menores es mayor al de otras zonas, porque el día del terremoto estaban participando del acto de Fiestas Patrias, por lo que vieron como la escuela se destruía. Esto ha implicado que sea una de las escuelas que más visitas han tenido en apoyo de contención, ya que no sólo habría que brindarles apoyo a los escolares sino que también entregarles la seguridad a sus padres para que entusiasmen a sus pequeños a volver al colegio.

“Desde el primer día que ocurrió el terremoto la municipalidad de Ovalle y el departamento de educación  han estado con nosotros, con la ayuda de los profesionales de la oficina psicosocial, quienes han ayudado a los alumnos de la escuela, incluso nosotros los apoderados por el tema emocional”, sostuvo la apoderada.

El encargado de efectuar el programa ha sido el departamento de educación con la oficina psicosocial, de integración y habilidades para la Vida.

El alcalde Claudio Rentería señala que el programa se está desarrollando en los 81 establecimientos de la comuna, con el objetivo de generar espacios de contención emocional a la comunidad educativa. “Los profesionales están asistiendo a los establecimientos educacionales, para trabajar con  los directivos, docentes, asistentes de la educación, estudiantes, padres y apoderados, a través de talleres donde se entrega información, elaboran sus emociones acerca del terremoto y se entregan estrategias de afrontamiento para enfrentar los temores propios de la catástrofe vivida y lograr el bienestar emocional como comunidad”.

En Canela estarían replicando un modelo similar de contención. Aquí el municipio ha tratado de coordinar actividades con especialistas de las seremias de Salud y de Educación, además de algunas ONG.

Bernardo Leyton, alcalde de la comuna, recuerda que los primeros días fueron los más difíciles, ya que la visualización de los problemas y daños que dejó el terremoto comenzó a angustiar a las personas, quienes sólo querían estar en familia y despertar de esta negativa pesadilla.

“La mayor resistencia no vino de los niños sino que de los padres y apoderados, quienes no querían enviar a sus hijos al colegio por temor que les pasara algo. Pero a medida que han pasado los días les hemos demostrado que los pequeños están seguros en las escuelas”.

Leyton señala que se ha iniciado un arduo trabajo con los padres, porque “al final son ellos quienes les transmiten inseguridad a los pequeños. Una de las ONGs que visitó la comuna estuvo realizando este trabajo y capacitando a nuestros profesionales. Por ejemplo, mientras se demolían algunas viviendas un grupo de papayos le realizan una terapia grupal a los niños para que no sintieran el impacto que significa demoler el hogar de alguien”.

Katherine Veliz, coordinadora de los proyectos de integración escolar, relata que la contención no sólo se dio en las escuelas sino que también en aquellos barrios donde era necesario demoler casas. “Ahí era necesario contener a la familia y a los pequeños”.

Veliz explica que para abarcar la mayor cantidad de escuelas se llegó al acuerdo que todo el materia que llegara por intermedio de la OPD (oficina de protección de los derechos del Sename) sería distribuido en aquellas escuelas que no tuviesen un psicólogo.

“Mientras las colegas psicólogas intervenían en las escuelas, con material de UNICEF o Sename, para lograr la normalización; los profesores lo realizarían con el material del mineduc. Recurrimos a estas entidades, porque la comuna no cuenta con un soporte psicológico externo”.

La profesional señala que cada una de las ayudas que han recibido les ha permitido retomar la normalidad. “Aunque debo reconocer que aún hay una población que está susceptible a los temblores. Y quizás son ellos los que no están enviando los niños al colegio y los que se encuentran más sugestionados”.

La coordinadora de los proyectos de integración escolar de Canela señala que durante estas últimas semanas se ha visualizado que el temor está más intrínseco en los adultos que en los menores. “Esto pasa porque los niños se sienten más protegidos en un lugar donde están sus pares, con quienes juegan y se divierten. Temática que es muy distinta al cómo se vive en una casa, donde puede haber una madre muy aprensiva con los terremotos y le va a proyectar ese temor al niño”.

SEREMIAS EN ACCIÓN.  Desde el día uno del terremoto las seremias de Salud y Educación han desplegado por la región a sus profesionales para poder cooperar en las terapias de contención hacía las familias afectadas, especialmente aquellas que sufrieron alguna perdida.

La psicóloga Jessica Gallardo, encargada del programa de Salud Mental, clara que la sintomatología que se está presentando en estos momentos la población sería normal, ya que sólo ha pasado un mes desde el terremoto.

“Ser afectado por una catástrofe no es ser un enfermo. Hay que tomarlo como una situación de crisis, que no estabas esperando”. Para entender mejor cada uno de estos conceptos la seremia ha realizado psicoeducación a la población, donde se les ha entregados “todas las herramientas necesarias para que la ciudadanía pueda estar tranquila”.

El seremi de la cartera, Rosendo Yáñez, adelanta que durante los próximos días se iniciará una nueva etapa de trabajo de carácter de mitigación, “donde predominará el acompañamiento a los adultos y niños  con ayuda directa ya sea de carácter materia o psicológica”.

Por su parte el seremi de Educación, Pedro Esparza, explicó que existen tres líneas de apoyos. La primera que está enfocada materiales didácticos. “Por ejemplo en la página web se pueden descargar cartillas pedagógicas, que están orientadas a los docentes y a las familias. A esto se suma que cada departamento provincial desarrolló talleres comunales, donde se capacitó a los docentes y directivos para enfrentar los días post terremoto”.

La segunda tiene relación con las capacitaciones. Esta se volverá a efectuar durante los próximos días donde se integrarán los equipos comunales, de convivencia, los psicólogos y las asistentes sociales “con el fin de capacitar en contención, adecuaciones curriculares y apoyos profesionales. Existe un tercer programa, que baja desde Junaeb, que es el de habilidades para la vida. Este será dictado por psicólogos que han tenido experiencias en situaciones de emergencias como es el caso de Atacama”. 

Fuente: diarioeldia.cl