“En casi el 70% de los abusos sexuales el agresor es alguien conocido”.

 
El policía enfatiza en la labor preventiva que deben cumplir los padres para evitar este tipo de delitos y cómo detectarlos.

El pasado fin de semana el abuso sexual contra un menor volvió a movilizar a la Policía de Investigaciones. El hecho ocurrió en Coquimbo, en el sector de La Cantera cuando al interior un domicilio particular, el propietario de éste, de 58 años, abusó de un niño de 8, luego que la madre saliera a comprar y lo dejara sólo por algunos minutos. 

Se repite la tónica. Tal como ocurre en el 70% de los casos, el individuo, que ya fue detenido por la PDI y que se encuentra a disposición de los tribunales de justicia, era conocido de la familia del pequeño. En este contexto es que el Jefe de la Brigada de Delitos Sexuales y Menores de La Serena, el Comisario Eduardo Rojas Martínez entrega recomendaciones acerca de cómo prevenir este tipo de episodios, y hace un balance de la situación en lo que respecta a estos crímenes a nivel regional. 

-¿Qué recomendaciones le daría a las familias, para prevenir y evitar que algún menor sea víctima de un abuso? 

“Bueno, aquí lo fundamental es la confianza. En el caso del pequeño de La Cantera se dio que la propia madre sorprendió al agresor, pero en gran parte no pasa aquello, por eso  cuando tenemos la sospecha de que algo sucede, tenemos que escucharlos y creerles, para luego estampar la denuncia correspondiente”-

-Pero se dice que no es bueno interrogarlos tampoco…

“No, eso es peor, de hecho, nosotros apostamos a que haya una entrevista única una vez que se inicia el proceso para que no se produzca que el menor es entrevistado por el policía, después el doctor y después el fiscal, porque al final termina siendo un daño para ellos”. 

-Muchas veces también se dice que hay que ser un poco desconfiados, ¿es así? 

“Mira, si lo ves de esta manera, en que sobre el 70% de los casos el que comete el delito sexual es alguien conocido, yo te diría que sí. Nunca hay que dejarlos solos, hay que tratar de evitar ir a lugares en donde se puedan propiciar eventos en que el niño quede solo con individuos, como lo que pasó con este caso en La Cantera. En definitiva, debemos proporcionarles a los niños un ambiente en donde se sientan respetados y queridos, conversar con ellos sobre cotidianeidad, sus rutinas (…) También es importante hablarles del tema de la sexualidad”. 

-Y en este sentido, ¿a qué edad es recomendable comenzarles a hablar directamente a ellos de la sexualidad y la prevención?

“Nosotros empezamos los trabajos preventivos desde los párvulos, donde también es importante que participen los padres, los profesores y todas las personas cercanas. Aquí el tema se aborda de acuerdo a la edad de los niños, nosotros los hacemos a través de un trabajo con títeres en donde contamos una historia en la que se previene el delito sexual y creemos que ha tenido buenos resultados”. 

 

DETECTAR LOS CASOS. Si bien un foco importante debe ser el trabajo preventivo, el Comisario de la Brigada de Delitos Sexuales y menores también pone hincapié en que si el abuso sexual llega a producirse, el detectarlo pronto debe ser la prioridad. Tal como ya lo había indicado, el tema de la confianza es importante en este sentido, pero también hay que fijarse en las señales tanto emocionales como físicas que dan los menores.  

-¿En qué deben fijarse los adultos para detectar si el niño podría haber sufrido un abuso?  

“Mira. No es fácil detectar cuando un niño ha sido agredido. Por eso que nosotros tenemos nuestros indicadores, que son por una parte los indicadores emocionales e indicadores físicos. Los emocionales tienen que ver con la conducta de los menores, por ejemplo, cuando un niño tiene escasa relación con sus compañeros, tiene resistencia a desnudarse o a bañarse, tiene reticencia al contacto físico, tiene temores repentinos y existe una sexualización reiterada de sus conductas hay que preocuparse”.  

-¿A qué se refiere con sexualización? 

“Esto es cuando tiene la tendencia a tocarse los genitales, a desnudarse. También cuando dan  besos demasiado sexualizados, es decir, que no son besos comunes que daría un niño de 8 ó 10 años”. 

-Hablaba también de indicadores físicos…

“Sí, estos tienen que ver con todo tipo de dolores en sus zonas genitales y ese tipo de cosas. También en general cuando un niño ha sido abusado se produce una pérdida del apetito y hemos tenido casos en que niños muy pequeños presentan enfermedades de trasmisión sexual. Cuando se juntan todos estos elementos en un niño es probable que estemos en presencia de un abuso”.  

 

NUEVOS DELITOS, NUEVOS DESAFÍOS. Durante la última década, con la llegada de las nuevas tecnologías han surgido los “nuevos delitos”, y en el caso de los ilícitos sexuales, el “grooming” ha representado un desafío para combatirlo en conjunto con la brigada del cibercrimen. 

-¿Cómo ha impactado a la PDI este tipo de delitos? 

“Ha impactado en que nosotros nos hemos ido capacitando, tenemos funcionarios que se dedican al análisis de la información de inteligencia en este tipo de hechos, que tiene claves más amplias en lo que es el seguimiento de determinados casos y trabajamos coordinadamente con el cibercrimen y también con el laboratorio de criminalística (…) Creemos que tenemos que estar siempre alerta en los casos como el ‘grooming’, porque generalmente son conductas que llevan a otro delito, como lo son el almacenamiento de material pornográfico infantil, o lisa y llanamente un abuso sexual, porque hay casos en que debido a las amenazas, posteriormente el sujeto se junta con el menor en un lugar determinado y proceden a efectuar el delito sexual”. 

Imagen Principal: 
[node-title]

Fuente: diarioeldia.cl