Gabriela Mistral, a 59 años de su muerte

 
Murió un 10 de enero de 1957 en la ciudad Nueva York, de madrugada y víctima de una larga enfermedad

El primer Premio Nobel concedido a un escritor latinoamericano fue para la poeta chilena Gabriela Mistral. Fue en 1945, y el galardón reconocía no sólo la labor literaria de la maestra, sino también su lucha en defensa de la educación, la protección de la infancia y la justicia social.

Lucila Godoy Alcayaga, nacida en 1889 en Vicuña, eligió su nombre para la literatura -y sin saberlo para la fama mundial y la posteridad- en homenaje a los poetas Gabriel D’Annunzio y Fréderic Mistral. Lo comenzó a utilizar en 1914, año en que fue premiada en unos Juegos Florales por sus “Sonetos de la muerte”, inspirados en el suicidio del que fue su gran amor de juventud, el empleado ferroviario Romelio Ureta.

A partir de entonces, la poetisa de Elqui combinó la escritura y publicación de su poesía con su intensa labor docente primero y carrera consular después. Viajó y residió en distintos países de América y Europa, a la vez que veían la luz sus libros “Desolación”, “Lecturas para mujeres”, “Ternura”, “Nubes blancas y breve descripción de Chile”, “Tala”, “Antología”, “Lagar”, “Recados contando a Chile” y “Poema de Chile”.

Murió un 10 de enero de 1957 en la ciudad Nueva York, de madrugada y víctima de una larga enfermedad.

El Gobierno, escritores de renombre y organizaciones mundiales le rindieron honores.
Encabezados por el Presidente Carlos Ibáñez del Campo, el pueblo chileno pudo visitar su cuerpo en la capilla ardiente, antes de ser sepultado en el mausoleo de los profesores del Cementerio General. 

Recién el 23 de marzo de 1960 se cumplió su última voluntad. Mistral fue trasladada a su pueblo de Montegrande, lugar donde descansa hasta hoy la poetisa del mundo.


 

Imagen Principal: 
[node-title]

Fuente: diarioeldia.cl