En la Plaza de la Constitución, en Santiago, la china Hou Yifán, Gran Maestra de ajedrez, demostró que a sus 21 años no tiene rivales. Realizó una simultánea con más de 60 jugadores. Todos hicieron lo imposible por demostrar sus condiciones, pero sucumbieron ante el potencial de la asiática. Pero sólo uno destacó. Un niño de diez años, estudiante de quinto básico, le hizo tablas. Y ella, lo aplaudió. Hasta se sacó una selfie para el recuerdo. Lo mismo que la ministra del Deportes, Natalia Riffo.
El niño Diego Bravo, estudiante del colegio Americano de Las Compañías, de La Serena, se lució. Y su madre, Shirley Escobedo, comentó feliz. “Estaba contento, feliz. Primera vez que estaba en una simultánea con alguien tan importante y lo hizo bien. Le hizo tablas a la campeona mundial”.
Diego está en la capital compitiendo en un campeonato de menores con más de 300 niños de todo el país. Los mejores.
El certamen comenzó el martes y termina este sábado. Hasta ayer iban tres rondas y Diego había ganado dos, pero la tercera tuvo que perderla porque se le hizo tarde y no podía llegar atrasado a la simultánea con la campeona mundial. Obvio.
“Se tuvo que retirar para no llegar tarde, ya que nos exigían puntualidad. Tuvo que dejar votado el torneo y partir a La Moneda. La partida se inició a las 10.00 y a las 11:30 horas tuve que hablar con el árbitro para que lo dejara ir y perder, ya que a las 11.40 horas teníamos que estar en La Moneda, puesto que medio día comenzaba y no podíamos llegar tarde. Perdíamos el cupo y se lo daban a cualquiera que estuviera por ahí”, cuenta su madre, Shirley Escobedo, orgullosa de su retoño.
Sin embargo, no todo ha sido alegría para ella y Diego. Ambos viven solos en La Serena. Su familia se encuentra en la Sexta Región. No tienen a nadie. Menos la ayuda para que Diego pueda viajar a torneos durante el año. Y mucho menos que pueda tener un entrenador. Salvo la ayuda del colegio Americano y en algunos casos del municipio, nadie más ha estado con ellos. Pero se han arreglado para salir adelante.
No obstante, Shirley cuenta que no ha sido difícil. Para nada. Ambos quieren que la situación cambie. Doblarle la mano al destino, quizás.
Diego necesita ayuda económica para que pueda salir a todos los torneos que se hacen fuera de la ciudad. “El año pasado fuimos sólo a tres y los ganó. Pero ojalá pudiera asistir a muchos más para que pueda ir adquiriendo más experiencia. En septiembre fuimos a Argentina con ayuda del colegio Americano y del municipio, mientras que en diciembre fuimos a Bolivia. Y se agradece esa ayuda, pero él necesita mucho más apoyo, aunque ya no sabemos a quién recurrir. No tengo trabajo y me ha costado un montón sacar adelante a mi hijo”.
Fuente: diarioeldia.cl