Inesperadamente y en medio de la convulsión del fútbol, ayer el padre Rodrigo Tupper Altamirano, quien ocupaba el cargo de vicario general del arzobispado de Santiago, anunció por medio de un comunicado que dejaba el ejercicio del sacerdocio, luego de vestir por 25 años los hábitos.
Tupper señaló en el texto que la decisión, “no exenta de dolor, la he tomado bajo la convicción de estar respondiendo a mi consciencia de forma libre y responsable y por razones estrictamente vocacionales”.
Más adelante indica que tras tomar la determinación “siento una gran paz interior y auténtica alegría de haber dado lo mejor de mí por la Iglesia de Santiago”.
En la declaración agradece “todo lo que he recibido de la Iglesia, de sus pastores, religiosos y religiosas, laicos comprometidos y de tantas personas que pude conocer en los más de 25 años de mi vida sacerdotal”.
El exarzobispo de La Serena, monseñor Manuel Donoso, tras ser consultada su opinión referente a esta repentina renuncia del sacerdote, precisó que no conocía nada más que lo que estaba dicho en la declaración pública, por lo que “no le podría decir nada especial, no sé nada más que lo que aparece en ese comunicado”, dijo.
Al consultarle si no le sorprendía esta determinación, Manuel Donoso señaló que “todos los retiros son sorpresivos, uno nunca sabe qué pasa en la persona. Yo trato de no juzgar y supongo que él dará una explicación un poco más… o se sabrá algo más después”.
Al indicarle que era extraño que hubiese renuncias a ese nivel, Donoso precisó que ocurría, “yo he conocido gente que hasta los 60 o 70 (años) lo ha hecho, pero esos ya son tiempos anteriores, pero él (Tupper) ya había dejado su cargo que tenía de importancia en la curia de Santiago, pero no sé más y me atengo a lo que está escrito y todo el mundo puede tener una crisis y tiene que haberlo visto con su obispo”, expresó Manuel Donoso.
Consultado el director del Departamento de Teología de la Universidad Católica del Norte, UCN, Marcelo Sepúlveda, precisó que desde la razón vocacional que adujo Rodrigo Tupper, cualquier persona que planteaba una situación de ese tipo no quedaba más que apoyarla y ayudarla en ese camino.
El profesional de la UCN, indicó que desde la perspectiva eclesial era un sacerdote conocido, ya que fue vicario de la Pastoral Obrera y de la Juventud, siendo “un sacerdote muy reconocido, respetado y bastante querido. Se pierde una persona muy capaz y eclesialmente muy leal”, señaló.
Marcelo Sepúlveda indicó que se debía distinguir desde la perspectiva eclesial y la personal, aclarando que “una persona que toma esta decisión no abandona la Iglesia, porque no es solo ministerio pastoral, la gran mayoría son laicos y dese la doctrina de la Iglesia un sacerdote lo es para siempre y él no deja de serlo desde el punto de vista teológico, desde el punto de vista sacramental”.
Fuente: diarioeldia.cl