La incertidumbre de un mes terminó de la peor manera para la familia de Ángelo Mordo. Ayer, pasadas las 16:00 horas, se conocieron los resultados de las pericias efectuadas por el Servicio Médico Legal, las que establecieron que el cuerpo hallado el día martes en el sector de La Puntilla, en La Herradura, Coquimbo, corresponde al joven coquimbano de 28 años desaparecido el pasado 16 de mayo.
El cadáver, que había sido encontrado por un lugareño, estaba en un avanzado estado de descomposición debido a la larga data de muerte y pese a que desde el primer momento se pensó que se trataba de Mordo, por la vestimenta y otros antecedentes que manejaba la PDI, aquello sólo se pudo comprobar luego de un peritaje dactiloscópico. Así lo informó el Jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI, el subcomisario Jaime Rojo. “Efectivamente, no había claridad acerca de la identidad del cuerpo, pero luego de los intensos trabajados médicos periciales realizados, se determinó científicamente que los restos corresponden a la persona que estaba desaparecida y por la que existía una denuncia por presunta desgracia, Ángelo Mordo”, precisó.
LA INVESTIGACIÓN. Según informaron desde la PDI, una vez establecida la identidad del sujeto, ahora los esfuerzos se centraran en resolver el misterio y esclarecer las causas de muerte del coquimbano. Por el momento, se descarta la participación de terceras personas y las principales tesis tienen que ver con una muerte accidental o un suicidio. “Es algo en lo que todavía se está indagando, pero las pistas que manejamos hasta el minuto nos llevan a pensar que esta persona podría haber atentado contra su vida, o bien haber sufrido una caída, porque en el sitio del suceso no se encontraron indicios de que otro individuo haya estado con él. Pero, te insisto, es algo que aún está en proceso de investigación”, sostuvo Rojo.
EL DOLOR. El desconsuelo al interior del círculo cercano del joven coquimbano era total. Ayer, familiares y amigos llegaron hasta el cuartel de la PDI en donde recibieron la noticia y simplemente no lo podían creer.
Cuando llegamos al lugar el dolor podía sentirse en el ambiente y pese a que nadie accedió a hablar con la prensa sus rostros lo decían todo. Es que aún tenían esperanzas de que Ángelo apareciera con vida y las pistas que habían dado las policías en semanas anteriores -las que indicaban que el joven se encontraría en una ciudad del norte del país- las alimentaban. De hecho, el propio hermano de Ángelo, Bernardo Mordo, en su momento hizo el llamado a través de nuestro medio para que el joven se pusiera en contacto con ellos, ya que estaba convencido de que encontraba en buenas condiciones. Él tampoco pudo evitar el llanto cuando en las afueras del edificio de la policía, una decena de jóvenes, amigos que compartía con Ángelo, lo esperaban para brindarle su apoyo en el difícil momento.
Y es que Bernardo había agotado todas las instancias para dar con el paradero de su familiar. Fue él quien inició una campaña a través de las redes sociales y en las propias calles de la región, en donde se podían ver afiches con el rostro del coquimbano extraviado, para que la gente que pudiese tener alguna información se comunicara con ellos.
Claro, fue también Bernardo quien estuvo por última vez con su hermano, cuando el sábado 16 de mayo Ángelo entró a su habitación para conseguirle un notebook y luego de una hora en la que estuvo navegando en las redes sociales, se lo devolvió a eso de las 12:00 y luego lo vio salir desde el domicilio que compartía con el desaparecido joven, su padre y la mujer de éste, para dirigirse, según se pensó en ese minuto, rumbos a las canchas ubicadas en el sector, a ver un partido de fútbol, lugar donde nunca llegó.
Cierto, ayer no quiso hablar y lo entendemos. Estaba demasiado afectado. No pudimos consultarle sobre si daba crédito a la línea investigativa que apunta al suicidio de su hermano mayor. Claro, en principio la había descartado de plano. “No es un joven que tenga problemas, ni una persona que tenga vicios. Había tenido problemas con una expareja que le estaba pidiendo pensión alimenticia, pero eso ya lo tenía solucionado”, indicaba Bernardo Mordo el 22 de mayo, a seis días de la desaparición de su familiar.
Y cuando a medida que los días transcurrían comenzó a cuestionarse la idea que tenían en la familia, esa que les hacía pensar que todo andaba bien en la vida Ángelo y que efectivamente éste podía haber tenido problemas amorosos y económicos, pensó que aquello pudo haber gatillado la partida de su hermano rumbo al norte, pero jamás que hubiese sido un motivo para atentar contra su vida, algo que si bien no está comprobado, es la principal tesis policial.
¿DEMORA EN LA INVESTIGACIÓN? Fue a través de las redes sociales en donde usuarios cuestionaron el que, pese a que se señalaba que se realizaba una intensa búsqueda, el joven haya estado un mes desaparecido y que hubiese sido encontrado por una persona ajena a las policías en la misma comuna en donde se perdió. Sin embargo, tanto desde la PDI como de Carabineros insistieron en que los procedimientos que se siguieron en el “caso Mordo”, fueron los correctos y los oportunos. “No es algo poco común el que finalmente sea alguien ajeno a la policía quien encuentre a un desaparecido. Esto es algo habitual, sobre todo en este caso, en el que el lugar donde se encontró el cuerpo era de muy difícil acceso”, sostuvo Jaime Rojo, Jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI.
Por su parte, el Prefecto de Coquimbo, el coronel Rolando Casanueva, enfatizó en que los tiempos que toma el resolver casos de este tipo es bastante impredecible. “Desde que se puso la denuncia por presunta desgracia que nosotros hemos estado trabajando, se manejaron pistas y en función de ellas se procedió. El hecho de que no se estuviese informando todos los días del tema, no quiere decir que el proceso operativo de búsqueda no haya estado funcionado. Además, hay que pensar en que estos procesos son lentos, porque cuando las personas se van es porque no quieren ser ubicadas, esa es una variable que se debe tener en cuenta”, precisó Casanueva.
EXCEPCIÓN A LA REGLA. Cuando se conoció el caso de Ángelo Mordo, éste coincidió con el extravío de Vanessa Venegas Toro (38), quien finalmente apreció ilesa días más tarde. Sin embargo, ambos hechos pusieron en la palestra el tema de las denuncias de presuntas desgracias las que en la región hasta fines de mayo eran 149. En un principio esto alertó a la población, pero rápidamente desde Carabineros aclararon que las denuncias eras comunes y que la mayoría de las veces las personas aparecerían sanas y salvas, tal como ocurrió con Vanessa Venegas, no así con Ángelo, cuyo caso, según indica el Comandante de Carabineros Luis Carrera, sería una excepción a la regla. “Es lamentable lo que ha sucedido. Nosotros expresamos nuestras condolencias, pero hay que dejar claro a la comunidad que la mayor parte del tiempo las cosas no terminan de esta manera y más del 80% de los casos llegan a buen puerto”, enfatizó.
Fuente: diarioeldia.cl