En el año 2011, La Serena vio renacer a la histórica Iglesia Santa Inés. Luego de arduos trabajos, la vieja capilla ubicada en calle Almagro, que soportó terremotos y el inclemente paso del tiempo, volvió a abrir sus puertas pero esta vez no para los oficios religiosos, sino que para convertirse en un nuevo espacio para las expresiones culturales. Pero este inmueble no es el único que ha sido testigo del crecimiento de la ciudad. Otras casas, aunque no tan antiguas como la iglesia Santa Inés, también contarían miles de historias si tuvieran la capacidad de hablar. Aunque sí lo hacen sus diseños arquitectónicos.
Tenemos por ejemplo un lugar típico de esta urbe, que actualmente es propiedad de la Universidad de La Serena. Se trata de la Casa Piñera, recinto donde funcionaba la Dirección y Centro de Extensión de esta casa de estudios superiores, que durante todo el año organizaba conferencias, exposiciones e importantes eventos culturales, que incluyen obras de danza y teatro. Lamentablemente, el recinto sufrió un incendio el año pasado. Está cerrado para el público y se halla en etapa de reconstrucción.
Ubicada en calle Prat, entre Balmaceda y Los Carrera, fue construida por Samuel Averell en 1845 y es parte de la arquitectura neo-clásica que por esos años fue cambiando la cara de la ciudad, con el estímulo del auge minero.
Hay que recordar que, en el siglo XIX, por diversos conductos fueron llegando a La Serena y Coquimbo elementos de arquitectura clásica hacia los años 1830 y 1840. Con respecto a la Casa Piñera, es importante decir que fue mandada a edificar por Alejandro Aracena Salamanca, un rico minero y comerciante de La Serena, casado con Paula Piñera Aguirre, quien la heredó a la muerte de su marido.
Esta casa es una de las primeras de la zona en que se aplicó, en forma consciente y racional, la simetría y proporciones neo-clásicas. No obstante su planta continuaba estando organizada en torno a patios. Esta unión de planimetría colonial y fachada clásica se da mucho en La Serena y Copiapó, hasta comienzos de siglo. Su fachada principal se caracterizaba por el ancho vano de su zaguán, enmarcado por dos pilastras que sostienen un entablamento, así como por el motivo repetitivo de cuatro puertas-ventanas a ambos lados del zaguán.
El inmueble recibe el nombre que todos conocen porque permaneció en poder de la familia Piñera hasta 1970, año en se adquiere para instalar el Conservatorio de Música de la Universidad de Chile. En 1980 esta casa fue traspasada a la antecesora de Universidad de La Serena y el año 1981 fue declarada Monumento Nacional.
Por otro lado, la Casa Herreros, ubicada en calle Matta 347, fue construida aproximadamente en 1860 por el arquitecto británico David James y posee un estilo clásico serenense. Según se consigna en una guía patrimonial que elaboró el municipio serenense, fue vendida en 1880 a la familia Iribarren a Felipe Herrera Aguirre. En 1928, se la vendió a Tomás Herreros. Mucho tiempo después, en 1981, Raquel Herreros Schüller adquirió a los demás miembros de la sucesión de su padre los derechos que faltaban para ser la única dueña de la casa. Más tarde, la vivienda fue dividida interiormente con propósitos comerciales. La parte norte fue vendida y el sector sur fue arrendado a un colegio.
Llama la atención su original antetecho que sobre el entablamento corre a lo largo de toda la fachada. Sobre éste y en el eje de acceso, se levanta un frontón curvo con decoración radial. Este tipo de antetecho es propio de la capital regional y se puede ver en algunas otras construcciones de la región. Fue declarada Monumento Nacional el 12 de febrero de 1981. Allí funciona en la actualidad la sede en La Serena del Instituto Profesional La Araucana.
La Casa Chadwick Valdés, en calle Los Carrera 281, se destaca por conservar su estructura y elementos originales. Declarada Monumento Nacional el 12 de febrero de 1981. Es una construcción de adobe que consta de dos pisos organizada en torno a dos patios interiores.
En calle Balmaceda 1054, tenemos la Casa Carmona, cuyo origen se sitúa entre 1855 y 1860, construida por el maestro británico Thomas James. Consta de un piso y dos patios. Es una casa de esquina que se destaca por su larga fachada lateral sur, por su voluminoso mirador y por la calidad de su fachada principal que mira hacia el poniente, que exhibe carpintería de gran calidad.
Está en el borde de la zona que marca el límite entre la ciudad nueva y tradicional. Hasta hace cincuenta años esta casa colindaba con la portada sur de entrada a La Serena, la que desafortunadamente fue demolida junto con el último tramo de la alta tapia de adobones, de un metro de espesor, que amurallaba la ciudad para defenderla de piratas y otros peligros.
Las típicas viviendas vecinas, de fines del siglo XIX y la cercana iglesia del Hospital San Juan de Dios, crean un entorno homogéneo que realza el interés que esta casa despierta. La Casa Carmona, al igual que la Chadwick Valdés de calle Los Carrera, fue declarada Monumento Nacional el 12 de febrero 1981.
Fuente: diarioeldia.cl