40% de los coquimbanos admite no estar lo suficientemente preparados ante terremotos

 
El estudio reveló, además, que el 44% de los consultados se sintió afectado de manera psicológica tras el movimiento telúrico del 16 de septiembre.

Faltaban pocos minutos para las 20:00 horas del 16 de septiembre, cuando un sismo 8,4 grados Richter se dejó sentir en la región. La situación se vio agravada varios minutos después cuando los trenes de olas hicieron sentir su devastador efecto en la zona costera de Coquimbo.

El impacto del movimiento telúrico no fue menor, según el análisis realizado por la Universidad San Sebastián (USS) mediante una encuesta vía telefónica.

Aplicado a 241 personas residentes en Coquimbo, el sondeo “Conocimiento y percepción de sismos” dejó en evidencia que el 44% de los consultados se sintió afectado psicológicamente. Mientras que un 15% indicó que se vio afectado en materia laboral. En tanto, un 2% tuvo efectos físicos en su salud.

A más de tres meses del hecho, aún hay quienes sienten el impacto del terremoto, como Alejandra Rubio, “uno queda con la sensación de que cualquier temblor pequeño será más grande. Tengo muy presente lo que pasó”, dice. Una situación que Patricio Aguirre, vive de cerca con sus familiares, “Vivo una vida normal, pero tengo familiares que fueron afectados para el 16 de septiembre, todavía existe una preocupación porque viven cerca de Gabriela Mistral, Coquimbo”.

Preparación

En relación a la preparación, la encuesta mostró que seis de cada diez coquimbanos señaló sentirse “muy preparado o preparado” en caso de terremoto o sismos.
Del restante 40%, un 7% de la población consultada señaló que no estaba preparada en lo absoluto.

“La cercanía de Chile a la Placa de Nazca hace que experimentemos permanentemente actividad sísmica, es algo casi cotidiano. Sin embargo, la cotidianidad, la falta de preparación y el desconocimiento pueden eventualmente jugar en contra”, explicó Félix Caicedo, director de Ingeniería Civil de la USS. Y el estudio fue categórico en cuanto a conocimiento sobre la medición de sismos.

Ante la consulta sobre la distinción entre escalas de Richter y Mercalli, el 66% señaló desconocer la diferencia.

La situación se torna más compleja si del 33% que dice conocer la distinción, sólo el 44% pudo responder acertadamente sobre qué mide en la escala de Mercalli: percepción humana del sismo. Mientras que el 31% de quienes señalaron conocer las diferencias entre una y otra escala, acertaron en señalar que la escala de Ritcher mide la cantidad de energía liberada en un o de estos eventos.

El desconocimiento de lo que miden ambas escalas es mayor en la población de los estratos socioeconómicos D y E, en que llega al 80%. La situación desciende, hasta llegar a un 57%, en el estrato ABC1.

Según explicó Caicedo, “En el ciudadano común, desconocer esta diferencia puede manifestarse en un aumento desmesurado de la sensación de pánico y confusión posterior a la actividad sísmica al intentar interpretar una noticia o reporte. Mientras la actividad sísmica es experimentada, dudo que conocer la diferencia o desconocerla tenga alguna utilidad. Cierto es que la escala Mercalli es más cercana a explicar cómo cada uno de nosotros experimenta un sismo y los daños que produce, mientras la de Richter se refiere a la cantidad de energía liberada”.

Medidas de seguridad

En relación a medidas de seguridad, el académico de la USS señala que instruirse “puede ser una diferencia clave cuando se trata de actuar rápido y de forma eficiente”.

El sondeo revela que antes del sismo, el 85% de los consultados conocía los procedimientos en caso de terremoto, conocimiento que aumentó un 9% tras el evento.

“Para un ciudadano común, nunca está de más conocer en términos básicos cómo se comportan las estructuras en las que vive o trabaja. O para que en el momento de adquirir un inmueble, no se quede con dudas sobre los elementos sismo-resistentes que éste contiene; siempre es mejor preguntar y recibir respuestas en términos comprensibles”, destaca Caicedo.

El académico explica que en días posteriores a un sismo “se observa mayor preparación en la ciudadanía y coordinación con organismos, comités y oficinas de emergencia, lo cual es útil para enfrentar las réplicas. Lo importante es que todos los hogares tengan su kit de supervivencia, conozcan las rutas de evacuación, participen de simulacros y sepan mantener la calma”, comentó Caicedo.

Asimismo advierte,“si estos conocimientos se utilizan para seguir con mayor firmeza las indicaciones de seguridad, evacuación, etc., estaría perfecto. Sin embargo, sería perjudicial si los conocimientos hacen que una persona sobre estime su capacidad de reacción, cuestione normas o entorpezca el rol de liderazgo en un procedimiento en detrimento de la seguridad de otros”.

Entre los consultados en la calle, todos coinciden en que frente a un sismo se debe mantener la calma y que hay conocimiento de las zonas de seguridad.

En materia de kits de supervivencia, aumentó en un 16% los encuestados que declararon tener estos kits tras el último terremoto, pasando de un 55% antes del movimiento telúrico a un 77% tras el evento.

Algo que la mayoría de los consultados por nuestro medio posee, como Manuel Pizarro que señala tener lo necesario. “Tambores con agua y luz de emergencia”, precisa.
Patricio Aguirre enfatiza en que el vivió un cambio de conciencia tras el terremoto del 2010, “estar siempre preparado. Hay que tener agua guardada”, señala.

Para Fabián Riquelme, director del Centro de Estudios USS, el estudio deja tres sensaciones en el aire, “primeramente, el desconocimiento técnico de las escalas de medición de movimientos telúricos en un país que se auto declara con “cultura sísmica”. Lo segundo y personalmente más importante que lo primero, según lo que declaran los consultados, un alto grado de preparación ante estos eventos y finalmente, un alto impacto psicológico entre quienes vivieron el terremoto de septiembre en la IV Región y que los hace creer, en su mayoría, que volverán a vivir una situación similar incluso antes de que este año acabe”.

El sondeo es un trabajo cuantitativo fue realizada por el Centro de Estudios de la Universidad San Sebastián, entre hombres y mujeres de 18 años o más, residentes en la Región de Coquimbo. La realización fue vía telefónica con cuestionario estructurado. El margen de error es de 5%. 

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Fuente: diarioeldia.cl