El juego de esta noche podría ser fácilmente una final de Copa América. Uruguay, el eterno campeón (15 campeonatos más 6 segundos lugares) y Chile, que sin ser un adicto a estas cruzadas, reúne los méritos como para estar en la instancia máxima. Ya sea por su localía, tanto como por el juego que por momentos han mostrado los dirigidos de Jorge Sampaoli.
El inicio de los cuartos de final del torneo de selecciones tiene el carácter de tensión máxima para ambos elencos. Chile quemó sus pestañas por organizar una Copa. Y lo hizo para ganarla. Quedar fuera de carrera en la tanda de los ocho mejores sería un fracaso de un grupo de futbolistas que dice ser -pese a no ganar nada- el mejor en la historia del balompié chileno; mientras que los celestes, que gozan de la extirpe para estar en estas lides, no querrán despedirse de Chile sin antes dar la nota alta.
No es un partido cualquiera, aunque este ya se juega fuera de las canchas con las responsabilidades previas: “La presión es de Chile”, dicen los charrúas, mientras que los pupilos de Jorge Sampaoli entienden que la clave para quedarse con la victoria radicará en la prudencia, la inteligencia y capacidad para escapar de esa exigencia convertida en premura de querer pasar a la ronda de los cuatro mejores de América.
Cierto es que la historia no juega a favor de la Roja. Uruguay no hace nada distinto a lo que ha hecho siempre y por costumbre le ha ido bien. El antídoto para destruir esa clase magistral que hacen del arte de la destrucción de las virtudes adversarias, aún no existe, aunque jugando en el Nacional los números no siempre han estado de la vereda de ellos.
Cumplidas las etapas por la ronda de clasificación, Chile se adjudicó, como debía ser, la llave A; mientras que los hombres del profesor Tabárez se acomodaron en el tercer lugar del B, muy conscientes que el cruce con los chilenos les puede jugar a favor. De hecho, antes de cerrar ante Paraguay, el cuerpo técnico analizaba con mucha soltura al Chile que podían cruzarse. Nada los complicaba. Por el contrario, dan la señal de estar muy cómodos y autosuficientes. De hecho, en las pasadas versiones coperas se encargaron de sacar en cuartos de final, la misma ronda de hoy, a Venezuela y Argentina.
El partido de esta noche en el Nacional ya se ha jugado muchas veces. Más bien, lo hemos visto en innumerables oportunidades y acá es bueno que Sampaoli le muestre a Chile los videos de los grandes triunfos de la Roja sobre los charrúas como en las ediciones previas a los mundiales de 1985 con el gol imposible de Jorge Aravena (clasificatorias al Mundialde México 1986) o luego para Francia 1998, cuando en una cerrada lucha, el “Matador” Salas hizo estallar el coliseo ñuñoíno con un único tanto que nos mantuvo en carrera.
Por mucho que los pergaminos parecieran estar en los celestes, Chile tiene las armas y argumentos como para seguir creciendo en esta competencia, mandando para la casa a uno de los favoritos.
Necesita jugar bien. Quizás demasiado. No cometer equivocaciones. Argentina hace unos días necesitó de un segundo de inspiración para romper esa férrea defensa que lideró Godín y que amenaza con erguirse nuevamente hoy, antes que comience a rodar la pelotita.
Controlar la ansiedad. Evitar la desesperación y caer en el juego de ellos, es una obligación. Deben ser prudentes obviando la bravura, el mostrar los dientes y el golpe tanto áspero como artero que parece va implícito en ese arte de evitar que te hagan daño. Si lo consiguen, Chile no tiene mucho que esgrimir y claramente saldrá perdiendo, como ha ocurrido en muchas ocasiones, en especial en la final de la Copa América de 1987, donde varios quisieron ganar a lo guapo, sin el resultado esperado.
Si sortean esa barrera. El trámite será otro. Uruguay es un seleccionado de grandes jugadores que cuando está en desventaja buscan desplegarse. Hoy sin Luis Suárez en ataque, Edinson Cavani se ha quedado muy sólo arriba, por lo que la intención y tendencia del balón pasará por los pies de los chilenos, que como ha ocurrido siempre (no lo solucionarán ahora precisamente) sufrirán en el juego aéreo, ya que los charrúas hasta los laterales los convierten en verdaderos centros. Sus torres gigantescas, cada vez que exista un balón detenido, se estacionarán en el área de Claudio Bravo, ya que saben que esa es el arma predilecta para dañar.
Para evitar tanto juego detenido, Chile tendrá que profundizar en el traslado rápido y constante. Mostrar las sociedades que desde los tiempos del “Loco” Bielsa le dieron los mejores frutos. Tener a ese hombre en la zona de 18 metros, aunque no sea un 9 tradicional, ayudará en esa consecución, porque entretiene a los centrales que por arriba serán impasables, aunque con el balón a ras de piso no tienen la misma prestancia.
Esa diversidad que a los chilenos les fluye cuando están metidos en la cancha, es una de las claves de los dirigidos de Sampaoli que saldrán con lo mejor que tienen a buscar ese triunfo que siga abrazando el sueño de un primer título de selecciones, dándole una cachetada a la historia que los ha hecho reír sólo a ellos. Es el momento de ponerse a prueba. Es una nueva y compleja lección.
Cavani lidera a la celeste
••• El martes se confirmó que el ariete charrúa, Edinson Cavani irá de titular hoy pese al accidente de tránsito que protagonizó su padre en Uruguay (conducir en estado de ebriedad) y que le costó la vida a un motociclista. La madre del futbolista, Berta Gómez, confirmó que el jugador seguirá en Chile “como estaba comprometido a hacerlo”, precisó. “Hablé con él y me pidió que fuera a hablar con la familia del chico en su nombre para solidarizarme, y así lo haré”, relató. En lo deportivo, en tanto, el entrenador Oscar Tabárez indicó que “es atrayente este tipo de partidos y una linda oportunidad para jugar como nunca. Con Chile es una final, no vamos a especular con los penales”, mientras que el deté criollo, Jorge Sampaoli, anticipó que “el partido para nosotros es una final, muy complicado por las características del rival, vamos a jugar contra un rival que conoce mucho estas instancias”, destacó.
Fuente: diarioeldia.cl