El eterno agradecimiento al maestro Alan Gálvez

 
Para el próximo sábado 6 de junio, en el Teatro Municipal de La Serena, se organizó un gran homenaje por parte de quienes fueron alumnos del creador de academias y referente de la música regional.

Tenía historias y anécdotas como para escribir un libro. Pero ahora él es referente obligado para quienes deseen indagar sobre la cultura y la música de la Región de Coquimbo. Nacido el 27 de noviembre de 1945, su vida se apagó el 9 de abril del año pasado, pero no así su legado ni menos el recuerdo entre quienes lo conocieron o aprendieron de él. De ahí entonces el interés de tantos músicos por ser parte del gran homenaje que se le está preparando para el próximo 6 de junio.
Ese sábado, desde las 19:00 horas, el Teatro Municipal de La Serena acogerá el evento “Ayer, hoy y siempre. Gracias, maestro”, dedicado a la memoria de Alan Gálvez Rojo, profesor y director de numerosas orquestas infantiles y juveniles, que durante sus 68 años de vida formó a más de 4 mil músicos. Un orgullo para la región. Precisamente, los protagonistas de este homenaje serán aquellos que crecieron bajo sus enseñanzas, como por ejemplo mientras estuvo a cargo de la Academia Instrumental del Colegio Seminario Conciliar de La Serena.
Gálvez inició su camino en la década de los 60, influenciado por todo el movimiento del rock and roll que en esa época remecía al mundo. En el libro “El futuro es nuestro”, del año 2008, que aborda la historia del rock regional, él adquiere un papel importantísimo. Allí se menciona su incursión en el grupo musical Los Rebeldes, formados en La Serena, donde Alan tocaba la guitarra. Ellos se unieron con la intención de presentarse en el Festival de los Barrios de la capital regional, ganando el trofeo máximo, que consistió en tocar en Arica representando justamente a La Serena.
“Actuamos en el estadio Carlos Dittborn, en el casino, en la playa La Lisera y fuimos un boom. Fue todo tan rápido. Allá nos vio un productor musical que le encantó y nos llevó a Antofagasta. Nos radicamos ahí y nos llevó a una gira”, rememoró Gálvez. La aventura musical del conjunto terminó en 1970.
Sin embargo, volviendo a sus orígenes, el año 2010 contó a diario El Día que “después de ver ‘Semilla de maldad’ (la película), fui donde mi abuela, pesqué una guitarra de palo y empecé a menearme imitando los pasos del rock and roll. Y ella me dijo ‘mijito, búsquese una persona que le enseñe’. Pero en ese tiempo no había una persona que enseñara rock, sólo folclore. Todo era muy rudimentario. Uno quería otra cosa”.
Lo cierto es que su familia aún recuerda cómo fue que el maestro serenense Alan, siendo niño y adolescente, iba impregnándose del interés por el llamado arte de los sonidos. “Lo hizo escuchando en su casa la música clásica y ópera que oía y cantaba su padre Nicolás. Y posteriormente, cuando descubre a Elvis Presley, de quien era admirador y luego a The Beatles y The Shadows. En general, todo el movimiento musical desde fines de los años 50 y la década del 60”, consignó uno de sus hijos, que también se llama Alan Gálvez. Un amigo, que era zapatero, le enseñaría sus primeros acordes al padre.
UN FORMADOR
Durante 1967 se empezó a generar la pasión por la enseñanza de este talento serenense, dando clases de guitarra de forma particular. Esto luego se extiende a otros instrumentos como el bajo y la batería. En esa misma época, creó un grupo de rock infantil llamado The Reivanpa (René, Iván y Patricio), con lo que la dedicación a la labor educativa en la formación de músicos y grupos parece definitiva en su vida.
En 1972 formó una agrupación en la Escuela N° 6 de Coquimbo, llegando a presentarse en La Moneda en Santiago. Luego de esto, hizo clases en el Colegio Santa Marta de Coquimbo, Colegio Inglés, Colegio SS.CC. Dio vida al primer grupo musical de no videntes, en la Escuela N° 80 de La Serena. Y así siguió el trabajo artístico en el Hogar Redes, con orquestas en la comuna de la Higuera y una agrupación de funcionarios de la CMP.
Corría 1979 cuando fue invitado al primer Taller Instrumental del Seminario Conciliar, por el entonces rector Piero Visigalli Vicardi, quien al ver el trabajo desarrollado por Alan Gálvez y en especial una actuación del Grupo The Reivampa, lo convenció para que no optara por el ofrecimiento que tenía del Colegio Inglés Católico, sino que se quedara para iniciar un trabajo en la formación de orquestas.
Como se ve, tras el fin de Los Rebeldes, que igual dejó su huella tanto a nivel regional como nacional, la aventura artística del gran Alan Gálvez no se detuvo. Siempre ligado a la música y a la formación de instrumentistas, a principios de los ’90 decidió amenizar la muestra anual de su academia del Seminario Conciliar con una presentación de los éxitos de 3 décadas antes.
Aquella jornada contó con la aplaudida participación de varios músicos locales de aquellos años donde The Beatles y Elvis Presley causaban furor en el mundo entero. “La hicimos en el (Teatro) Municipal. No sabíamos cómo iba a ser la reacción de la gente. Y fue un éxito total. Lo único que querían era que siguiéramos tocando. Ya estábamos todos con nuestras pegas y así que de ahí nos empezamos a juntar. Al tiempo nos pusimos Banda Retro”, contó Arturo Espejo, integrante de la agrupación, entrevistado en aquella época.
Alan Gálvez hijo, que ha conformado exitosas bandas, contó sobre su padre que “en mi caso influyó de manera fundamental. A los 5 años me enseñó a tocar batería y a los 7 ya estaba con la guitarra y el bajo. Y no sólo tocando sino formando parte de orquestas infantiles y de grupos… La convivencia con escenarios continúa de manera ininterrumpida hasta el día de hoy”. El próximo sábado será parte importante del homenaje al desaparecido maestro formador. 

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Fuente: diarioeldia.cl