"Respeto y amor infinito a la vida”, son las palabras de dulce y agraz que Karol Barrera Torres, a sus cortos 24 años, pero con una larga experiencia siendo madre de Juanito (6) y Agustina (3) manifiesta a sólo 20 días de la muerte de su tercer hijo, el pequeño Ángel, razón por la que junto al apoyo de su esposo y compañero de vida tomó la decisión de no abortar, pese a que a las 14 semanas de embarazo, durante un control de rutina, su médico de cabecera le dio la mala noticia de que el hijo en su vientre “no era compatible con la vida”.
“Cuando el doctor me anuncia que Ángel venía con un problema en la cabeza, imaginé que eran problemas neurológicos, que vendría con Síndrome de Down o cualquier otra cosa, pero el diagnóstico del doctor fue categórico, mi hijo tenía anencefalia”, indica emocionada, Karol.
El dolor de la partida, pero también la alegría de conocerlo y compartir las 49 horas más intensas de sus vidas son visibles en sus miradas. Como jóvenes padres aferrados con uñas y dientes a la vida confiesan que jamás pasó por sus mentes quitarle la posibilidad de existir al ser que venía en camino y decidieron asumir este proceso como cualquier otro. En el living de su departamento, a un costado de los coloridos recuerdos y globos de la despedida de Ángel, Karol, su madre, nos relata los pasos que siguieron después de saber la condición de pequeño “Angelito”, cuenta que hizo de su embarazo un proceso normal, pese a que “sabiendo el diagnóstico y el final de este proceso yo igual hice mi baby shower y celebré su llegada como cualquier otro nacimiento y una vez que nació lo bautizamos”, expresó la valiente madre.
Sin embargo, pese al desolador diagnóstico su decisión fue sólo una: “optar por la vida de Ángel”. La decisión genera controversia, más aún cuando por estos días se discute el proyecto de ley que despenaliza el aborto en situaciones extremas como el de una violación, cuando se pone en riesgo la vida de la madre o la inviabilidad fetal.
Ante esta medida,la directora regional del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) Marcela Carreño, como autoridad del organismo que promueve la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, explica que la opción de abortar bajo estas tres causales es una “decisión voluntaria” que a través de este proyecto de ley se pretende entregar a las mujeres la oportunidad de “tener ambas opciones y en este punto el Estado tiene que ser garante respecto a entregarles las mejores condiciones, pero también respetar el derecho a elegir libremente”, indicó.
Asimismo, la autoridad local es categórica en sostener que si una mujer decide poner fin a la vida del feto, en ningún caso debe ser “enjuiciada ni tampoco prejuiciada” porque lo que se busca con esta iniciativa de ley es“que las mujeres ejerzan sus derechos con libertad, de acuerdo a sus convicciones, criterios y formación. Esto no tiene que ver con un tema valórico sino que tiene que ver con un tema de salud e igualdad y en ese sentido cada quien podrá tomar la decisión en virtud de sus ideales y pensamientos. Lo que se hace es abrir un mundo de posibilidades”, enfatizó Carreño.
Justamente, es ese “mundo de posibilidades” al que se oponen rotundamente Karol y su pareja. “Con respecto al proyecto de ley, nosotros lo hemos estudiado y hemos conversado varias veces”, comentó reflexivo el padre de Ángel. Pese a darle varias vueltas a la medida no la han visto jamás como una buena opción, sino que más bien consideran “que ese es el camino más corto y el más fácil. Prefiero mil veces que mi hijo termine siendo cenizas como se encuentra ahora, después de cremarlo, y tenerle un lugar donde poder verlo y conversar con él, a que sea un resto hospitalario. No entiendo en que cabeza puede estar la posibilidad de perderle tanto valor a la vida, cuando es súper importante”, puntualizó el marido de Karol.
“La esperanza es lo último que se pierde”
Una vez confirmado el diagnóstico, el mundo de Karol se derrumbó, más aún cuando ya había sido madre de dos hermosos hijos. “Cuando el doctor me da los resultados de la ecografía, para mí fue terrible, llegué a recriminarme el por qué yo, si tengo dos niños sanos y en mis embarazos nunca tuve complicación. Renegué de todo, incluso de Dios y que me había castigado”, explica, ya más tranquila.
Pero al correr del tiempo, “te vas dando cuenta que no es así y que sólo te tocó pasar por este proceso que es duro, es fuerte porque pasa un caso de 1500 nacimientos, pero tenía que superarlo. Fue ahí cuando decidí unirme a redes de apoyo con familias que estaban pasando por lo mismo que yo”, cuenta la madre. No obstante, la esperanza de este joven matrimonio jamás declinó, Karol continúo yendo a sus controles y ambos albergaban la ilusión de que el médico se hubiese equivocado o que Ángel había desarrollado algo más de calota en su cerebro, huesos que cubren su cabeza y que no habían logrado formarse, "pero era tan irreversible el daño y su estado era tan severo que venía con el 100% de su cerebro expuesto y al estar en contacto con el líquido amniótico, éste fue como un ácido que le destruyó su masa encefálica”, comentaron sus padres.
Sin embargo, a pesar del duro camino que les tocaba vivir como familia, ellos decidieron seguir adelante contra viento y marea. En su búsqueda por más información y por otro diagnóstico clínico menos duro para Ángel, sus padres conocieron a cinco médicos “estábamos en busca de una análisis que fuera más prudente para poder vivir este proceso, porque muchos de los médicos vieron a Ángel como un pedazo de carne que había que sacar del cuerpo de Karol (…) Algunos especialistas nos decían: ‘su hijo no va a vivir, es sólo una masa’, mientras que otros nos decían ‘si existiese la legislación vigente para poder terminar con este embarazo, podríamos llevar a Karol a pabellón y terminaríamos con esto rápido”. Pero su decisión jamás fue esa, pese a que les ofrecieron llevarlos a otro país donde el aborto terapéutico está legalizado, ellos optaron por la vida, más aún cuando todo el proceso de gestación e incluso hasta que nació el pequeño Ángel dio signos de que estaba vivo, “durante los 9 meses de embarazo hubo vida adentro de la panza de mi mujer”, recuerda su pareja mientras cariñosamente le acaricia el vientre, “nosotros sentíamos que Ángel se movía y pateaba, no es que adentro exista algo inerte sino que hay vida. Después nació y lloró, todo fue normal”, relató emocionado el esposo de Karol.
El trabajo como padres fue arduo, quedaba la parte más difícil, poder explicarles a Juanito y Agustina que su hermanito no viviría con ellos. A través de cuentos y echando a volar la imaginación, fueron dándole alas al pequeño Ángel, “con ayuda de la psiquiatra encontré la forma de explicarle a mis hijos que el bebé que la mamá tenía en la guatita le íbamos a llamar Ángel y cómo ellos son del cielo, cuando él naciera se iba a poner alitas y se iba ir”, relata la madre.
La ausencia de Ángel se siente en la casa, las pocas fotos que tienen de él logran sacarles sonrisas de recuerdo, a 20 días de su partida Karol y su marido están más tranquilos pero afirman que “la pena y el dolor aún están” y aunque tengan a dos hermosos hijos, algo es claro “ningún hijo reemplaza a otro”.
Pese al corto paso del pequeño por esta vida, los padres tienen el consuelo y la certeza de que pudieron vivir este proceso. “Vivimos el embarazo a concho y una vez que Ángel nació, nuestro único objetivo era tenerlo con nosotros la mayor cantidad de tiempo, pese a que nos hicieron entender que las posibilidades de que él estuviese con nosotros más de tres días eran prácticamente imposible, pasó 49 horas con nosotros y con los niños y ese tiempo fue impagable”, explica emocionado la pareja de Karol.
Derecho a dicidir
Al momento de elegir por la vida o abortar según casos excepcionales, el Sernam hace hincapié en tomar la decisión de la manera “mayormente informada, obviamente que el apoyo también va a estar. El proyecto de ley busca poner la formalidad y la operatividad en este tipo de situaciones, donde tendrán que haber los acompañamientos requeridos y necesarios con los profesionales competentes”, explicó Marcela Carreño.
Con respecto a ello, Claudia Dides, directora ejecutiva de la Corporación Miles Chile, ONG de Derechos Sexuales y Reproductivos, avala el proyecto de ley emanado desde el Gobierno indicando que las “Políticas Públicas en Chile, en general, siempre han sido de acompañamiento. En el país tenemos Consejerías en Salud Sexual y Reproductiva y está ‘Chile crece contigo’, creo que en ese sentido el proyecto también incluye el apoyo económico y psicosocial para aquellas mujeres que están pasando un proceso doloroso cuando se dan cuenta que su feto es inviable”, apunta.
Pero además de dar cabida al derecho de decidir en libertad, cabe recordar que con esta iniciativa también se abre un precedente y con ello un debate que después de 25 años se puede volver a discutir democráticamente, “este es un gran paso para Chile, estamos hablando de una deuda que tenía el país con las mujeres chilenas porque en los años ‘88 y ‘89 nosotras teníamos aborto terapéutico y lo que estamos haciendo hoy día es debatir un derecho que teníamos adquirido por tres causales”, fundamenta Dides.
Y así lo ha confirmado la Presidenta de la República cuando se anunció legislar sobre esta iniciativa de ley a radio Bío-Bío, “la propuesta que presentamos se enmarca en los compromisos que Chile tiene con el derecho internacional en materia de derechos humanos y que no podemos seguir rehuyendo. La penalización del aborto sin excepción en nuestro país constituye un incumplimiento inequívoco de las obligaciones internacionales contraídas por el Estado de Chile”, agregó la autoridad en ese entonces.
Asimismo, el Gobierno busca instalar en hombres y mujeres que se informen sobre el proyecto de ley sin que sea “condenada por sí misma. Acá no se trata de imponer visiones políticas, religiosas ni de tipo personal, lo que se busca es que sea cual sea la opción que tome la mujer en una situación extrema, ésta pueda hacerlo con la libertad suficiente”, puntualizó Marcela Carreño.
Mientras el debate está abierto después de haber pasado la primera etapa con 8 votos contra 5, Claudia Dides está a la espera de que “el proyecto de ley pueda ganar en plenitud en el proceso que sigue en la Cámara”. Por su parte, Karol junto a su familia no se arrepienten de haber conocido a Ángel y continúan manteniendo la decisión de que la vida es valiosa y se debe respetar, “hicimos todo lo humanamente posible para que Ángel estuviera bien y nos quedamos con la conciencia tranquila”, indican.
Fuente: diarioeldia.cl