Durante la jornada de ayer la Gerencia de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), dio a conocer los resultados del Índice de Actividad de la Construcción Regional (Inacor), los que dejan en evidencia que la actividad de la construcción ha empezado el año 2015 con cifras poco alentadoras, obteniendo un crecimiento casi nulo de 0,3%. Esto se explica por los magros resultados de enero (0,6%) y febrero (0,1%). De acuerdo al estudio, la actividad anota caídas en casi todas las zonas del país. ¿Las causas? La mayoría apunta a la postergación de proyectos mineros y energéticos.
“Vemos con incertidumbre el panorama, ya que por dos meses consecutivos hemos visto magros resultados en el área. Acá no sólo se evalúa la actividad inmobiliaria, sino que también de infraestructura y servicios generales. Estos últimos son los que más han sufrido una caída, especialmente por la contratación de mano de obra y envío de materiales de obra gruesa. Lamentablemente no vemos señales alentadoras por parte del Gobierno para revertir este escenario, es más se multiplican las trabas a través de reformas que golpean a los usuarios (Tributaria) y a los trabajadores (laboral). Vamos a endurecer nuestra postura, hacernos escuchar y llegando a las instancias que se tenga que llegar, pues no podemos seguir echando a perder lo que se ha construido”, indicó a El Día, Freddy Bermúdez,
En tanto, Javier Hurtado gerente de Estudios de CChC, explicó que en febrero la mayoría de las regiones continuó desacelerándose o se mantuvo estancada. “Esto va en línea con el deterioro del mercado laboral y los menores despachos de materiales para la construcción de obras gruesa”, precisó.
Hurtado agregó que “esta situación es coherente con el debilitado encadenamiento productivo de la construcción, principalmente en la zona norte, por la maduración del ciclo de inversiones mineras hechas en años anteriores”.
País a la baja
Si bien cada territorio posee características puntuales en materia de construcción, el Imacon reúne el cometido del país en esa área. Durante febrero registró un retroceso anual de 1,2%, completando nueve meses seguidos de cifras negativas.
Si bien las expectativas de los empresarios de la construcción muestran signos de mejora, aún permanecen en una posición pesimista en el corto plazo. “Entre los factores de esa incertidumbre está el impacto de las reformas Tributaria y Laboral en los márgenes de utilidad privados, así como las dudas de la capacidad de gestión de inversión pública comprometida para este año”, sentenció Hurtado.
Con esta cifra de febrero el crecimiento anual del indicador se ha mantenido por más de un año bajo su tasa de promedio histórica de 4,6% anual.
Compra de viviendas
Pese a que hace ocho meses el Congreso aprobó el proyecto de Reforma Tributaria -la primera iniciativa estructural del Gobierno- en los gremios no dejan de interiorizarse de los aspectos que contiene este libelo que busca asignar US$8.300 millones para mejorar la educación en Chile. Uno de los que más ha seguido debatiendo es la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que en las últimas dos semanas reunió a 150 socios en su sede regional. Y es que el tema, lejos de zanjarse, ha profundizado las dudas e impulsado a idear planes de acción para evitar una caída en una actividad ya debilitada por la coyuntura económica y que tuvo su punto de inflexión en septiembre donde, por primera vez desde febrero de 2010, arrojó cifras rojas con un retroceso de 1,4%.
Sin duda, uno de los aspectos que más interesa a la ciudadanía es la compra de viviendas, las que sufrirán un cambio a partir del 1 de enero de 2016, pues a diferencia de hoy, desde esa fecha se les aplicará el IVA en su totalidad (19%). Esto provocará que no sólo se tribute por construir, sino que también por vender, lo que irremediablemente irá en los costos finales que pagan los clientes. Si bien no hay cifras estrictas de cuánto será el incremento, se habla que en promedio sería de un 10%. Asumiendo que en Chile el 90% de las residencias poseen valores menores a 5.500 UF, es la clase media la que más sufrirá los efectos. “A nivel regional, el segmento más dinámico se da entre las 1.000 y 2.000 UF que representan el 40% del mercado, en tanto que el de 2.000 y 3.000 UF significa el 30% del espectro local. Por lo tanto, vemos que se pone trabas a aquellas familias profesionales que quieren dejar de arrendar, castigándolos con valores más altos y restricciones en el financiamiento”, explicó el presidente de CChC La Serena, Freddy Bermúdez.
Fuente: diarioeldia.cl