Sienten que se les ha apuntado con el dedo. Luego de los incidentes del último fin de semana en al Barrio Inglés, en donde una turba de 100 personas entre ciudadanos chilenos y colombianos protagonizara una brutal gresca que dejó como saldo tres patrullas de Carabineros destruidas y funcionarios lesionados, se les ha sindicado indirectamente como responsables de los hechos de violencia.
Claro, según se conocía hasta ahora, habría sido en el local Hangover, que administran ellos, la familia ecuatoriano-dominicana, compuesta por Marlon Candelo y Egaldina Díaz, en donde supuestamente se inició la rencilla que dio origen a la monumental trifulca, que llevó incluso al municipio de Coquimbo a interponer una querella (ver recuadro), y a Carabineros a aumentar la dotación para resguardad la seguridad. Sin embargo, de acuerdo a lo expresado por los extranjeros, la mayoría de lo que se ha dicho no sería real, ya que ellos sólo habrían sido “víctimas de la mala suerte y del racismo”, que ese día se apoderó del tradicional barrio bohemio. Así lo confirma Marlon, ecuatoriano, quien descarta de plano que la noche del sábado 31 de enero, en su local se haya producido pelea alguna. “Eso es totalmente falso, nosotros esa noche tuvimos un evento donde llevamos un cantante de salsa y todo estuvo muy bien, normal. Había solamente ciudadanos colombianos. Lo que pasó con esta pelea fue después de que nosotros ya habíamos cerrado, por eso encuentro injusto que se diga que el local nuestro tuvo algo que ver”, manifestó el ciudadano ecuatoriano.
Candelo enfatiza que en los años que lleva en Chile, nunca había tenido inconvenientes. Ha podido trabajar en incluso administra otros recintos, sin embargo, en esta oportunidad sintió la discriminación, no necesariamente contra él, sino contra toda la gente de color, mayoritariamente colombiana que estaba ese día en el lugar. “Los atacaron sin razón aparente, fueron unas mujeres chilenas las que le tiraron el pelo a otra colombiana y después saltaron todos los chilenos. Eso es lo que nosotros sabemos, porque estábamos adentro, pero escuchamos todo, estábamos haciendo aseo. En ese momento, sin darnos cuenta, los colombianos que se habían retirado del local comenzaron a forzar la puerta para protegerse porque se vieron sobrepasados por los chilenos, y se refugiaron en nuestro local”, agrega el ecuatoriano.
Según afirman, en ese momento la familia y quienes se encontraban en el recinto, vivieron instantes de terror. Piedras, botellas y todo tipo de objetos contundentes fueron lanzados contra el frontis del Hangover. “La gente que entró, lo hizo porque si no arriesgaba la vida”, dice con fuerza Egaldina Díaz, ciudadana dominicana y pareja de Marlon, quien a su vez, agrega que se siente “indignada y molesta”, por lo que les ha tocado vivir. “Es muy injusto, que nos carguen a nosotros lo que pasó o que nos involucren, la pelea fue afuera y aquí vemos que toda la culpa se la están echando a los extranjeros. Aquí los que provocaron los desórdenes fueron personas chilenas que estuvieron en otros locales, pero lo más fácil es echarle la culpa a nosotros, porque somos los allegados acá, para ellos, pero no piensan en que lo que estamos haciendo es trabajando por nuestras familias, y tratando de salir adelante”, puntualizó.
Asegura que el día de la agresión sintió el racismo por parte de los agresores. “Ahí uno se da cuenta que todavía hay gente que juzga a otra por el color de su piel, porque la única razón por la que esta pelea creció tanto fue porque unos eran blancos y los otros eran negros. Y te digo, lo que gritaban esas personas en contra de la gente de color es irreproducible, los peores insultos y eso duele, porque nosotros llevamos varios años acá y tenemos un hijo que es chileno”, puntualizó Egaldina.
Audiencia con alcalde
La familia está preocupada. Claro, tras el incidente, ahora el local está siendo cuestionado incluso a nivel municipal. De hecho, el alcalde de Coquimbo, Cristián Galleguillos, ha señalado que revisarán el permiso que se les otorgó para poder funcionar ya que no estarían teniendo un buen comportamiento. Aquello también es visto como una injusticia por la familia, ya que, insisten no hicieron nada. Por lo mismo, pedirán una audiencia con el propio edil, para explicarle en detalle lo que sucedió y hacerle saber que no tienen ninguna responsabilidad. “Queremos conversar con él, porque no queremos pagar por algo que no hicimos, necesitamos seguir trabajando, hemos hecho arreglos en el local y queremos continuar ocupándolo de buena forma, como lo hemos hecho hasta ahora. Nosotros estamos de acuerdo con lo que él está proponiendo, de implementar mayores medidas de seguridad, porque nosotros mismos ahora nos vimos afectados. Lo que no queremos es que por algo que no fue culpa nuestra nos quiten el permiso o algo por el estilo”, precisó Malon Candelo.
Fuente: diarioeldia.cl