Preocupan los estándares de diseño en accesos para discapacitados en la zona

 
Algunos equipamientos nuevos no cuentan con la infraestructura adecuada para las personas que presentan problemas para desplazarse

Ser respetados, incluidos y velar por el cumplimiento de sus derechos es una lucha constante con la que deben lidiar las personas con discapacidad en nuestro país. A pesar de los avances en torno al tema, persisten aún situaciones que ponen en jaque la calidad de vida de estas personas.
Una de las barreras que a diario deben superar los discapacitados es su desplazamiento en los espacios públicos de la ciudad, realidad a la que no escapa la Región de Coquimbo. Preocupa, por ejemplo, la construcción de nuevos recintos para la comunidad que no han incluido vías de acceso para los discapacitados y si están presentes, no reúnen las condiciones de accesibilidad necesarias.

LA NORMATIVA. Desde el 2010 que la construcción de cualquier nuevo edificio que esté destinado al uso público debe considerar de forma obligatoria la accesibilidad para las personas con discapacidad. La Ley 20.422 en su artículo 28 lo establece de esta manera: “Todo edificio de uso público y todo aquel que, sin importar su carga de ocupación, preste un servicio a la comunidad, así como toda nueva edificación colectiva, deberán ser accesibles y utilizables en forma autovalente y sin dificultad por personas con discapacidad, especialmente por aquellas con movilidad reducida”. Sin embargo, en la actualidad muchos aún no cumplen con este aspecto legal.
Uno de los críticos a esta falta de apego a la normativa es el arquitecto Mauricio Namoncura, profesor de la Universidad Pedro de Valdivia, sede La Serena, que se ha instruido en el tema de la accesibilidad en la zona. Para el profesional, carecer de estos espacios de inclusividad o en caso de tenerlos, que estos sean precarios, responde a una vulnerabilidad de los derechos. “Ahora hay mucho equipamiento nuevo como cafés, restaurantes y pubs, los cuales están proliferando, si bien a veces se toman en cuenta los accesos para discapacitados, no se hace de buena forma, hay rampas que superan el 40% de inclinación, lo cual hace imposible subirlas con silla. Entonces es preocupante cómo aparecen nuevos equipamientos y nuevos servicios para el público en los cuales las medidas de accesibilidad no están siendo consideradas”, aclara Namoncura.
El profesional es enfático en señalar que no por el solo hecho de contar con una rampa se asegura la accesibilidad de las personas, “a veces el remedio puede ser peor que la enfermedad”, aclara. Esto responde a que algunos dueños de estos nuevos espacios públicos se sienten orgullosos por contar con acceso para discapacitados, sin embargo, olvidan que esta obra debe cumplir también con ciertos estándares. “Si bien se están incluyendo pasarelas y rampas, se está haciendo con muy mala gestión”, comenta Namoncura.

CLARO EJEMPLO. En octubre del año pasado se anunciaba la construcción de una pasarela en el Mall Plaza La Serena que pasa por calle Huanhualí y que conecta a este recinto con el sector Aires del mismo lugar, lo que brindaría la seguridad de los peatones. Aunque todavía no está abierta al público salta a la vista la carencia de accesos para personas con discapacidad. Si bien la pasarela cuenta con escaleras mecánicas no existe una alternativa para el desplazo de los discapacitados. Ante esto surgieron las críticas sobre el tema.
“Esto es muy lamentable porque la ley que regula este tipo de construcciones sobre todo para el acceso del público es una normativa que viene del año 2010 y es obligatoria para todo tipo de construcción que tenga como finalidad el uso de las personas. Aquí, al parecer se omitió esta normativa lo cual va a significar las modificaciones estructurales necesarias y urgentes para el acceso de personas con discapacidad”, indicó la directora del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), Cecilia Tirado.
Asimismo, Namoncura también lamentó esta situación señalando que “creo que es una mala decisión porque es una inversión que no es menor, ya que incorporar dos ascensores para hacer ese cruce seguro no significaba gran costo para el monto de la obra que están haciendo. Debería haber sido considerado el tema de la accesibilidad ya que están proponiendo un cruce seguro, pero no para todas las personas, por ejemplo, aquellas que andan en silla de ruedas o tienen movilidad reducida tendrán que buscar un lugar donde les sea más seguro y fácil cruzar”. 5501 

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Fuente: diarioeldia.cl