Apareció diciembre, el mes preferido de los niños. Y aunque ha pasado desapercibido, Santa Claus o el Viejito Pascuero ya se encuentra recorriendo la región, viendo cómo se están portando los más pequeños. Anda sin disfraz, vestido con ropa veraniega, pero el que sea perceptivo notará su característico rostro en alguna calle céntrica de La Serena.
Este Papá Noel tiene nombre y apellidos. Se llama Francesc Gaset Joaniquet, un catalán de 70 años. Nacido en Barcelona, España, vive radicado desde hace 15 años en la capital regional. Y durante los últimos cuatro ha estado dedicado a convertirse en el personaje favorito de millones de niños alrededor del mundo. La verdad es que su parecido con el Viejito Pascuero es evidente. Por lo mismo, esta es la época del año en que lo contratan para varios eventos, con agenda casi copada.
Gaset conversó con diario El Día, primero sin su característica vestimenta roja. Él nos contó que se vino solo a Chile y que “me hice la familia aquí. Vine a trabajar, conocí a una persona e hicimos una familia”. Hoy está jubilado y cuándo le preguntamos a qué se dedicaba antes, nos responde escuetamente que “a depuración de aguas residuales”. Pero, ¿cómo fue que llegó a convertirse en Santa Claus?, ¿habrá sido por su parecido físico? Lo cierto es que la idea no surgió de él. Este simpático catalán confesó que “mi señora me dijo que lo hiciera (trabajar de Viejito Pascuero). Y ahora se arrepiente totalmente, por los pelos (de la barba natural) que le dejo por toda la casa”, dijo, riéndose, aunque no con el tradicional “jo jo jo”.
Lo invitamos a las dependencias de nuestro diario para que pasara a transformarse en el personaje más esperado cada noche del 24 de diciembre. Una vez con su traje y haciendo sonar la campanita navideña, Santa Claus admitió que “en realidad, nunca intento disfrazarme solamente, sino que sentir que en verdad soy el Viejito Pascuero”. Algo que por lo demás puede convencer sin problemas a cualquier persona que tenga enfrente, sea pequeño o adulto.
El hombre del Polo Norte igual quiso ser enfático respecto a su objetivo, que no se limita simplemente a saludar, subirse a su trineo y recorrer el mundo entregando presentes “Con los niños intento que se den cuenta de que la Navidad no gira en torno a lo material. Aunque también son importantes los regalos. Pero más relevante es abrazar a los papás y decirles te quiero”.
Santa trabaja fabricando los juguetes al otro lado del planeta, junto con sus duendes. Además, tiene unos poderes mágicos, por lo cual no es necesario que le manden cartas. “Sabemos los regalos que ellos quieren. Pero ahora la pregunta es, ¿qué le van a regalar ellos a sus padres, a sus abuelos? Lo que tienen que hacer es cogerlos de la mano, abrazarlos”, señaló. Él dice que es emocionante ver el rostro de las mamás o de los papás cuando sus hijos le expresan su amor.
Francesc trabaja en eventos privados y de empresas. El año pasado estuvo con todos los niños que llegaban al Mall Plaza La Serena. Actualmente es rostro navideño de Cruz Verde. Como anécdota, recuerda que una vez un niño se molestó mucho, porque le dijo que era difícil que pudiera recibir el regalo que estaba pidiendo. “Era algo demasiado caro. Y se notaba que su familia es humilde”, explicó. El menor le dijo una grosería y se fue. De todas maneras, el resto de las veces todo ha sido agradable, sintiendo el cariño de los infantes. Algunos le tocan la barba, para cerciorarse de que efectivamente es Papá Noel. Tiene hasta los ojos verdes, tal como todos lo hemos visto en películas o dibujos animados. Difícil no convencerse.
Este año, a Francesc le ofrecieron trabajar en un importante centro comercial de Santiago, con un muy buen sueldo. Sin embargo, fiel a su estilo, contó que rechazó el ofrecimiento y que “el dinero no lo es todo en la vida”, por lo que prefirió quedarse en La Serena, donde por supuesto que todo es más tranquilo. La vida no es tan agitada ni existe tanto estrés como en la capital de Chile, donde las calles son intransitables en esta época del año.
Este Viejito Pascuero radicado en la región igual admite que no es muy cómodo vestir el traje con todo el calor que hace. “Trato de evitar los guantes”. Pero nunca falta la campanita navideña. Algunos niños le han preguntado por los renos. Pero él les explica que, como acá no hay nieve, prefiere dejarlos en el Polo Norte. “Acá ando en bicicleta. Es más cómodo”, dijo. Así que no se extrañe de verlo alguno de estos días por las calles.
Ahora la última pregunta es, ¿qué hace el resto del año Santa Claus? No necesariamente se dedica a fabricar juguetes. “Voy a tomarme vacaciones. Quiero vivir la vida. Pienso que es lo más lindo, porque no la gozamos”. Pero en este mes de “mucha pega”, a Francesc se le puede ubicar en el celular 83615685, fono fijo 512445302 y al correo [email protected].
Personaje universal
El Viejito Pascuero es un personaje que formaba parte del antiguo mito solar del solsticio de Invierno, al que el cristianismo sincretizó con la figura del obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia (en la actual Turquía). Era una de las personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media, del que aún hoy se conservan sus reliquias en la basílica de San Nicolás en Bari, Italia.
Nicolás era hijo de una familia acomodada y creció bajo los tirantes deseos de sus padres. Su progenitor deseaba que siguiera sus pasos comerciales en el Mar Adriático, mientras su madre pretendía que fuera sacerdote como su tío, el obispo de Mira (antigua ciudad licia de la Anatolia Egea, actualmente Turquía). Sin embargo, conmovido por la peste que asolaba Europa, repartió sus bienes entre los necesitados y partió hacia Mira para vivir con su tío y ordenarse como sacerdote. De él se cuentan cientos de historias, especialmente de sus milagros y bondades para con la gente pobre.
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Fuente: diarioeldia.cl