Clarence Acuña: "Hay que limpiar los ripios y profesionalizar el club”

 
Desembarcó en Coquimbo Unido junto a la nueva administración y sus objetivos inmediatos serán lograr no sólo el ascenso a la categoría de honor -que espera conseguir en un corto plazo-, sino que también trabajar con todo en las divisiones menores

Vive con los pies sobre la tierra. Antepone la capacidad de análisis y la mesura a cualquier arrebato exitista, al que podría sentirse empujado por la calidad y gran cantidad de jugadores que llegaron este semestre al conjunto pirata. Sin embargo,  Clarence Acuña, nuevo gerente deportivo de Coquimbo Unido, sabe que la cantidad no le garantiza el éxito. Cuenta que al puerto llegó -contactado por el representante Sergio Morales que es dueño del 34% de las acciones del club tras un pago de $302 millones junto a Felipe Giadash Campos, a través de  “Inversiones Villarreal- para administrar de buena manera la parte deportiva, tratar de traer buenos jugadores y que Coquimbo Unido, en un proyecto de tres a cinco años, pueda conseguir el ascenso. Eso en un principio, claro. Porque a Clarence le seduce la idea de lograrlo antes. De optar a subir de categoría mucho antes del proyecto a largo plazo que tiene la nueva administración del club, que también  es administrada por el grupo Coquimbanos por Siempre, conformado por Eduardo Corvetto, Fernando Sánchez, Ricardo Larraguibel, Hugo Llewellyn, Rodrigo Aranda, Raúl Humeres, Ricardo Sánchez, Patricio Araya y la familia Contador, con el 17% a cambio de $151 millones.

 

CARENCIAS. En su oficina, en el segundo piso de la sede del club porteño -casa antigua y pintada con los colores del aurinegro, muy fácil de ubicar- calle Edwards, el exjugador de la Universidad de Chile, de la Roja y del Newcastle de la Premier Legue, nos atiende afable. Relajado, con unos jeans, chaqueta y con cordialidad, tira la talla y se apresta para comenzar la entrevista. “Cuando quieran”, autoriza.

– Ya, cuénteme entonces cómo lo convencieron para llegar a Coquimbo?

“Lo que pasa es que el cargo en O’Higgins lo dejé antes de que me llamaran, porque vi que las políticas deportivas comenzaron a cambiar dentro del club, principalmente cuando se fue el “Toto” Berizzo. Y también los objetivos por los cuales me llevaron, que fue tratar de acercar la familia Abumohor al club, contratar buenos jugadores y armar un equipo competitivo para salir campeón. Y los tres objetivos por los cuales me llevaron se cumplieron, pero luego se cambió la política deportiva, especialmente en la calidad de jugadores, de los técnicos.También se bajó la planilla y yo no estaba de acuerdo con esa política y di un paso al costado. Y Salí bien, muy bien, pero no es lo que yo quería”.

– ¿Y esos son los mismos objetivos que espera cumplir en el puerto?

“Acá lo que se me planteó fue administrar de buena manera la parte deportiva, traer buenos jugadores y que el equipo, en un par de años, pueda subir a la Primera División. Es un objetivo común, claro, pero de todas maneras el mío es subir ahora, ya que no puedo aspirar a tres años. No obstante, también sé que hace un mes teníamos cinco jugadores. También sé la realidad del club, que económicamente no estaba en buena forma y también sé que no tenemos complejos deportivos y que las división inferiores están entrenando en canchas de tierra. Entonces esas carencias nosotros tenemos que tratar de limpiarlas lo más pronto posibles”.

– ¿Pero esas carencias están por sobre lo futbolístico?

“No. Lo que pasa es que el fútbol es subjetivo, porque nadie me puede decir que no vamos a salir campeones, puesto que el jugador siempre tratará de ganar, de salir campeón. Eso lo tiene súper claro y lo tratará de hacer de la mejor manera. Pero también estamos muy consciente que con todos estos ripios, con todos estos problemas que existen, de no tener un complejo deportivo y que no exista implementación deportiva, nos costará mucho más. Si nosotros limpiamos todos estos ripios y ordenamos lo que es una buena institución y profesionalizamos todo esto, seguro que vamos a estar mucho más cerca de cumplir el objetivo”.

– ¿Entenderá todos estos problemas el jugador?

“Yo soy un agradecido del jugador en general, sobre todo acá en Coquimbo, porque los jugadores hicieron un esfuerzo significativo por llegar. Muchos entendieron el propósito y uno necesita ese tipo de apoyo, pues bajaron mucho sus remuneraciones por venir. A todos les tuve que explicar que serán seis meses de transición, porque jugar en La Pampilla es complicado y que no tenemos otro estadio para hacerlo. Y la verdad que es complicado, pero la credibilidad de uno, de haber sido jugador, de haber realizado una buena gestión, fue fundamental. Yo al jugador trato de no mentirle, pues a mí nunca me gustó que me mintieran. Yo les dije la realidad, de que en estos seis meses hay que hacer bien las cosas y que si esto va de la mano con un buen resultado, puede ser un trampolín no sólo para lo que es Coquimbo Unido, sino que también para ellos. Todos lo entendieron. Es un trabajo de fondo, de todos y eso es fundamental”.

– ¿Y va funcionando la cosa en estos meses de gestión?

“Hemos ido mejorando en todo, reconociendo a la gente que lleva mucho tiempo en el club y a la que no se la había reconocido en el tema de la remuneración, por ejemplo. Hemos arreglado al utilero, a los paramédicos, que llevaban casi 25 años ganando lo mismo. Entonces es una inyección anímica para ellos y que sepan y tengan claro que  son parte nuestra y también queremos que sigan con el mismo compromiso que adquirieron cuando llegamos”.

– ¿Cómo se dio el vínculo con Sergio Morales?

“Nos conocimos porque tenemos amigos en común, que son jugadores de futbol y que él los representa. Y también cuando llevamos jugadores a O’Higgins de Rancagua y teníamos que negociar con él. Y cuando le salió la posibilidad de ser parte de los inversores de Coquimbo Unido, tuvimos una comunicación y vio en mí este proyecto para poder relacionarlo acá. Así se gestó y después tuvimos unas tres reuniones con la gente de Coquimbo y acá estamos”.

¿Y de cuándo venía hablando de llegar a Coquimbo?

“Hace tres meses me contactó un grupo de inversionistas encabezados por Sergio Morales, contándome que iban a tratar de hacerse cargo de Coquimbo Unido en la parte administrativa, y querían presentarme a mí dentro del proyecto como gerente deportivo. Más que nada por la trayectoria como jugador y porque también venía de cumplir la gerencia en O’Higgins de Rancagua. Como  conocía el tema me dieron esa posibilidad, la estudié y la encontré seria, bastante importante y al final se dio la posibilidad de llegar a un acuerdo y bueno, el desafío lo encontré muy bonito”.

– ¿Pero trabaja para Sergio Morales o para Coquimbo Unido?

“Soy empleado de Coquimbo Unido y es el club quien me paga. Soy trabajador del club. Acá tengo contrato indefinido, pero también sé que eso es relativo. Porque acá yo quiero que el equipo gane el domingo, que de una u otra manera vaya mejorando el fútbol joven, de poder darle calidad y saber que ahí está el potencial nuestro, ordenando todo lo que es divisiones inferiores. Queremos que exista un doctor con un kinesiólogo, un cuerpo médico y que los jugadores tengan todas las condiciones para poder entrenar en un lugar establecido. Es la única forma clara de poder conseguir logros, ya que así estás más cerca. Es que cuando te estás moviendo constantemente, que entrenas en La Pampilla, en San Juan, en Las Rosas, todo es muy complicado. Todo se te hace mucho más difícil”.

– Si habla del potenciar las divisiones menores, ¿entonces por qué se trajo a tanto jugador?

“De alguna u otra manera, creo que no estaba en los planes haber traído tantos jugadores, pero somos realistas y sabemos que hace un mes habían cinco jugadores solamente. Quizás nos apuramos un poco en la conformación y también no nos dimos el tiempo para haber visto una buena evaluación al respecto. Por otro lado, trataremos de estructurar mejor el plantel para fines de año y poder terminar como corresponde y hacer bien la formación, tanto en el primer equipo como en el fútbol joven, que algunos equipos lo tienen como política deportiva, como en O’Higgins, que tenían que estar tres o cuatro jugadores en el primer equipo y siempre uno o dos citados. Es una política clara que el técnico lo sabía y así salieron los Benjamín Vidal, los César Fuentes, los “Cimbi” Cuevas…Es una política de club”.

– Entonces el trabajo formativo es clave en esta administración.

“Existe un reglamento que  dice que sólo pueden estar en las series menores los técnicos que se hayan recibido por el INAF o con cursos en el extranjero aprobados por el INAF. Así el filtro se te acorta y eso es bueno. En ese sentido, nosotros queremos tratar de tener entrenadores con el curso del INAF, pero principalmente que sean representativos de la ciudad, que hayan jugado en Coquimbo, que conozcan la idiosincrasia del jugador de Coquimbo Unido. Y por lo que he visto se ha perdido un poco esa característica, el adn del jugador porteño. Porque no es lo mismo ser un jugador de Coquimbo Unido que de La Serena, son muy opuestos. Y esa es la línea de trabajo que estamos haciendo en inferiores. Lo importante, insisto, es que acá trataremos de armar una política deportiva, de tener jugadores de casa jugando en el primer equipo, aunque eso también va de la mano del buen trabajo que se haga en la divisiones inferiores. Si lo jugadores están trabajando en cancha de tierra, con balones que no son los adecuados, sin implementación deportiva, es muy complicado que puedan salir buenos jugadores. Sólo lo harán porque juegan bien, pero no vienen con una buena base. El producto hay que trabajarlo y eso lo trabajaremos”.

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Fuente: diarioeldia.cl