Fueron semanas de terror para una adolescente illapelina. El día miércoles se conoció su historia, aquella que cambió su vida para siempre, pero de cual aprendió lecciones.
La menor de 16 años fue víctima de acoso sexual y extorsión a través de internet, lo que se conoce como “grooming”. Pese a que la Policía de Investigaciones no entregó mayores antecedentes, según se supo, el hecho habría comenzado hace aproximadamente un mes cuando la joven entró en contacto con un sujeto quien, fingiendo tener su misma edad y utilizando una fotografía falsa en las redes sociales, logró entablar una conversación con ella y generar un lazo de cercanía.
Al principio todo normal. Claro, hasta que el hombre mostró sus verdaderas intenciones. Cuando ya había transcurrido un tiempo desde que se conocían, comenzaron las insinuaciones de connotación sexual.
La joven lo tomó como un juego y no se alarmó. Incluso, tal fue el nivel de persuasión del individuo que logró que ella le enviara fotografías desnuda. Fue su peor error.
Una vez en posesión de este material, el abusador tomó el control. Tenía a la adolescente en su poder y la extorsionó para que se reunieran en persona.
Comenzó el martirio. La menor no quería que sus imágenes fueran reveladas, la vergüenza y el temor eran demasiados. Pasó días sola, llorando en su habitación sin saber qué hacer.
Pero finalmente tomó la mejor decisión. Se armó de valor y le contó a su madre. Inicialmente, a ella se le vino el mundo abajo. Sin embargo, analizó la situación y denunció el hecho a la Policía de Investigaciones.
Como en el connotado programa de televisión, hicieron que el sujeto cayera “en su propia trampa”. La PDI puso manos a la obra y citaron al hombre a la Plaza de Armas de Illapel, donde supuestamente se encontraría con la menor.
Llegó a la hora estipulada. Pero no era un sujeto cualquiera. Inmediatamente llamó la atención de la policías, ya que se encontraba en silla de ruedas. Luego de unos minutos fue capturado, las fotografías de la adolescente fueron recuperadas y el abusador puesto a disposición de la Fiscalía por el delito de almacenamiento de material pornográfico infantil.
Estado de alerta
El hecho no dejó indiferente a nadie. Claro, y es que pese a que en los últimos años este tipo de delitos se han masificado en el país y de hecho, desde el 2011 existe una ley que penaliza el ilícito, en la región los casos no serían habituales. Así lo explica el inspector de la PDI Lorenzo Macaya, coordinador de la Brigada del Cibercrimen. “Lo que sucedió en Illapel no es habitual acá en la zona. De hecho, oficialmente en la PDI no tenemos registros de casos de ‘grooming’. Aunque esto ya nos hace pensar que tenemos que estar más atentos, porque tal vez sí existan más casos, pero la gente no se atreve a denunciar. Por eso el llamado que hacemos nosotros es a que ante cualquier sospecha acudan a la policía y nosotros podamos actuar”, indicó el inspector.
La directora regional del Sename, Verónica Zárate, puso énfasis en lo mismo. Ella también ve con preocupación el que el “grooming” se pueda instalar fuertemente, cómo ya lo hizo en otros lugares del país. “Tenemos que asumir que esta realidad es cada vez más cercana con los avances tecnológicos. Hoy en la mayoría de los hogares existe un computador e internet se puede transformar en un riesgo. Y aquí la labor de los padres es muy importante. El tener comunicación con los hijos, confianza, saber lo que están viendo en internet, porque muchas veces ellos mismos se suben la edad para poder acceder a las redes sociales y quedan expuestos a este tipo de delitos. Yo te insisto, el llamado que hacemos nosotros es a denunciar”, manifestó.
¿Una ley blanda?
Pese a que la Ley no tipifica el “grooming” como tal, sí existe una normativa en la que entra la categorización de acoso sexual por internet. Así lo explica el abogado penalista Carlos Esperguen. “Dentro de la figura del abuso sexual está regulado también cuando no hay acceso carnal y aquí entraría el ‘grooming’ (…) Existe una normativa que sanciona aún cuando no haya contacto corporal con la víctima, generalmente cuando otro realice acciones de connotación sexual para procurar la excitación de un menor. En estos casos las penas van desde presidio menor en su grado medio a máximo, es decir, presidio menor en su grado medio, de 541 días a 3 años, y de 3 años y un día a 5”, detalla el abogado.
Sin embargo, el inspector Lorenzo Macaya dice que en la mayoría de los casos, las penas no se harían efectivas quedando los sujetos sólo con medidas cautelares. Categórico, señala que “yo creo que es hora de que se ponga más mano dura, porque los individuos muchas veces quedan libres, y siempre existe el riesgo de que vuelvan a intentar contactar a otro menor (…) Estamos viviendo en una sociedad en la que la tecnología avanza todos los días a pasos agigantados y hay que hacer algo para detener estas cosas. Por lo mismo, las penas no sólo deberían ser más efectivas sino que yo diría que hay que aumentarlas”, sostiene.
Y la directora del Sernam coincide. Verónica Zárate precisa que “si las penas están, deben hacerse efectivas. Las personas que cometen este tipo de delito deben pagar por lo que hicieron porque el dolor que pueden provocar en las familias es demasiado grande”, afirma.
Recomendaciones
Los especialistas también han detectado que el problema podría ir en aumento. Por ello, entregan recomendaciones a los padres acerca de cuándo alertarse y poner mayor atención. “En general, un niño que está sufriendo ‘grooming’ comienza a aislarse, pasa mucho tiempo solo y empiezan con pequeñas mentiras para ocultar lo que le está pasando, porque el menor que está siendo acosado, en una primera instancia va a querer ocultar lo que les está sucediendo”, explica la psicóloga de la Universidad Católica del Norte, Marisol Urrutia.
En este sentido, el también especialista Gustavo Yuri pone el acento en la comunicación que debe existir entre padres e hijos para que el menor que esté siendo víctima de “grooming” tarde la menor cantidad de tiempo en contar esto a sus progenitores, en caso de que éstos no logren detectar el problema. “Hoy en día estamos cada vez más alejados como sociedad y esto también sucede al interior de las familias. Sin embargo, si se cultiva una relación de amor, de confianza, de mucha conversación de nosotros con nuestros hijos, si llegásemos a tener este inconveniente, más rápido podremos combatirlo, y más rápido podremos superarlo después también”, sostiene el psicólogo.
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Fuente: diarioeldia.cl