Mañanas frías y oscuras marcan el inicio de la jornada de las personas que comienzan sus actividades temprano. A las 7:20 de la mañana ya se percibe el ajetreo por las calles de la ciudad y el andar de los padres con sus hijos, quienes con gorros y bufandas sobrellevan el frío del sombrío amanecer.
Camino a un colegio céntrico de La Serena, nos damos cuenta de lo vulnerable que parecen los más pequeños ante la oscuridad matutina. El ajetreo aumenta al interior del establecimiento Nuevo Mundo, apoderados y niños esperan en una sala adyacente el toque de campana. Mientras algunos comparten con sus compañeros nos damos cuenta que muchos papás se quedan hasta el inicio de clases.
Este año por primera vez, después de mucho tiempo, el segundo sábado de marzo los relojes se mantuvieron igual y no fueron atrasados en una hora como ya era costumbre en esta época. De este modo y por un decreto del Ministerio de Energía se conserva en forma indefinida un horario único.
Si bien muchos han valorado esta medida, debido a que se cuenta con una hora más de luz, otros señalan que, en la práctica, ha provocado cambios en su rutina en comparación al año pasado.
COLEGIO. Quienes más han sentido los efectos de esta decisión son los niños y con ellos sus padres. “Nos cambió toda la rutina, anteriormente cuando nos levantábamos a esta misma hora obviamente estaba más claro, ahora aún está oscuro y es más complicado empezar el día, en especial para mi hija”, señala Alexis Díaz, padre de Beatriz, que cursa primero básico en el colegio Americano de Las Compañías.
Idea que refuerza la madre de Beatriz, Patricia Hidalgo, manifestando que “el cambio brusco yo lo veo en los niños, antes los chicos entendían que al ver luz implicaba levantarse e ir a clases, ahora cuesta más. Mi hija, por ejemplo, despierta más somnolienta”.
Para la psicóloga clínica y directora del Instituto de Psicología Diálogo de La Serena, Marcela Arratia, este nuevo escenario implica un proceso de adaptación por parte de las personas, lo cual es normal. Sin embargo, también conlleva cambios en las rutinas de los niños. “Culturalmente en nuestro país, a diferencia del hemisferio norte, nos acostamos más tarde. Prolongar los horarios de sueño implica que una casa se mantenga en movimiento, por lo tanto, los niños quedan activos en horas de la noche, lo que provoca que estén más somnolientos al otro día”, asegura Arratia.
A las oscuras mañanas se suman también los interminables “tacos” vehiculares justamente en las horas “punta” de las jornadas matutinas, provocando que muchas personas incluso adelanten hasta en una hora sus alarmas. “Para llegar a la hora tengo que salir 20 para las siete de la mañana de mi casa”, señala la apoderada Elizabeth Salinas, quien tiene a sus dos hijos en el Colegio San José.
En los establecimientos educacionales están conscientes de esta situación y han debido adaptarse. “Hemos tenido que hacer algunos ajustes, por ejemplo, nuestra inspectora adelantó su horario de entrada en 15 minutos para resguardar la seguridad de los chicos, ahora por primera vez en las mañanas tenemos que encender las luces de la cancha”, indicó la directora del colegio Nuevo Mundo, Lorena Alfaro.
Situación que pudimos corroborar, ya que los niños llegan con sus apoderados algunos incluso media hora antes del toque de campana. “Antes lo venía a dejar mi esposo al colegio y él se iba a trabajar pero ahora es más complicado ya que uno prefiere quedarse hasta que entren a clases”, nos indica una de las apoderadas del colegio Nuevo Mundo, Gabriela Cortés, madre de Esteban Flores que cursa actualmente sexto año básico.
Esto ha generado una sobreprotección de los papás hacia sus hijos. “Hay muchos niños que viajan solos hasta el colegio, entonces igual es complejo. Por ejemplo, la calle Colón con Balmaceda es un cruce riesgoso porque hay autos que pasan y doblan con luz verde, pero el peatón también tiene la preferencia, entonces los apoderados con sus hijos tienen que cruzar muy rápido porque está oscuro y no se ve”, comenta Lorena Alfaro.
PREVENCIÓN. Si bien Carabineros dispone todas las mañanas de su plan “Tránsito Colegio”, donde se cubren las principales calles y cruces, la institución hizo un llamado a quienes transitan durante esas horas. “El llamado es siempre a respetar al otro, no estacionarse en segunda fila, creyendo que el uso de las luces de estacionamiento ‘gatos’ me permiten asegurar la bajada de mi hijo u otro familiar y respetar el paso de peatones. No hay que olvidar que en un cruce, la preferencia siempre es del peatón”, indicó el mayor de Carabineros Carlos Rojas.
Además señaló que estas horas no han sido utilizadas como estrategia para los delincuentes, pero es necesario prevenir. “Si se transita a pie ojalá lo hagan entre más compañeros y así evitar ser un blanco fácil para algún intento de robo, por lo tanto el hablar por teléfono o ‘whatsapear’ dejémoslo para después”.
EN OTROS ÁMBITOS. Sin embargo, no sólo los niños han debido tomar la costumbre de levantarse a oscuras, también están aquellos que se ven en la obligación de llegar a algún lugar muy temprano para alcanzar a realizar sus trámites. Es el caso de los ciudadanos que deben concurrir, por ejemplo, a los hospitales, donde claramente no son desconocidas las extensas horas de espera, especialmente en sectores como la farmacia. Hasta cuatro horas puede durar la paciencia para conseguir aquel medicamento que es tan necesario. “Vengo en horas de la mañana a buscar mis remedios, desde las ocho empiezan a entregar los números, pero ya hay gente esperando desde mucho antes como a las 6:30 de la mañana, es decir, a oscuras igual se hace más difícil la espera”, señaló Clara Aguirre.
Isabel Kutcher es una paciente que una vez al mes asiste al hospital en busca de sus remedios y su espera se extiende por lo general de tres a cuatro horas. Como siempre llega muy temprano al hospital, pero esta vez a diferencia de otros años se le ha hecho más difícil. “Yo estoy a las ocho de la mañana acá, para eso tengo que levantarme muy temprano y ahora igual cuesta más debido a que está prácticamente oscuro durante ese rato”, nos comenta Isabel.
Esta misma situación se replica en otras actividades de la ciudad. Por ejemplo, dos ejecutivas de una corporativa señalan que ellas prácticamente no tienen la oportunidad de disfrutar el hecho de que haya una hora más de sol. “En realidad debido a nuestro sistema laboral no vemos mucho la luz del día porque nos levantamos a oscuras y llegamos a nuestras casas cuando ya es de noche, eso por un lado nos juega en contra si de estrés laboral se trata”, señaló Carmen Gloria Cataldo. A lo que agrega la ejecutiva Karina de La Torre, “queda la sensación de que uno no estuviera prácticamente en las casas”.
EL BENEFICIO. Si bien acostumbrarse a este nuevo itinerario a oscuras puede resultar un poco desgastante, lo cierto es que, según los expertos, lo “normal” para las personas es no someterse a cambios de horarios como los que venía practicando nuestro país. “La adaptación que nosotros teníamos que hacer antes con el cambio de hora era mucho más brusca y más fuerte para el organismo que el ir adaptándose paulatinamente como lo estamos haciendo hoy”, indica la psicóloga Marcela Arratia.
El cambio de hora se originó durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial donde los relojes se adelantaban una hora a principios de la primavera y se retrasaban de nuevo en otoño.
Hoy, después de 47 años, nuestro país determinó que la hora seguirá siendo la misma todo el año, decisión que ha sido cuestionada por algunos y aplaudida por quienes salen de sus trabajos con luz natural.
Es el caso de Verónica Campos, trabajadora serenense que asegura sentirse más cómoda con este horario. “Si bien entro temprano me gusta salir de día, ya que me permite realizar otras actividades, por ejemplo, yo en lo particular aprovecho de hacer deporte. A eso se suma el hecho que dejo estacionado mi automóvil en un sector más bien solitario, entonces en ese aspecto igual me beneficia porque siento más seguridad”.
Calidad de vida que es corroborada por la psicóloga Arratia, “queda más tiempo libre, como en nuestra cultura no terminamos de trabajar muy temprano; las personas en esta época el año pasado terminaban a oscuras de sus labores, hoy salen con claridad dándoles la posibilidad de hacer otras actividades, que es lo que se hace en otros países. Esto implica tener más panoramas recreativos o deportivos, incluso más tiempo para la familia, lo que genera una mejor calidad de vida”, aseveró Arratia. R5501
![[node-title]](https://i0.wp.com/diarioeldia.cl/sites/default/files/imagecache/fullscreen/f2_jca_-_e_horario_11.jpg?resize=777%2C427)
Fuente: diarioeldia.cl