Ocho desastres naturales ha debido enfrentar durante su mandato el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga. Ya tiene experiencia, dice, así que apenas supo del terremoto 8,4 grados Richter se trasladó de inmediato a la zona. Su prioridad era generar la conectividad necesaria para darle funcionamiento a los servicios, lo que se logró en 12 horas, destaca.
Su evaluación de los daños en la infraestructura pública es positiva, sin embargo hace una reflexión respecto a cómo se deben llevar a futuro las construcciones cercanas a la costa. “Chile debe aprender a convivir con el mar”, indica y esto se logra con prevención pero también con una normativa que impida que a ciertas edificaciones (no todas) se les permita levantarse junto al mar.
Asegura que los recursos para la reconstrucción van a estar y recalca también que, pese a que se ha dicho que estos montos se van a obtener vía reasignación de fondos, ninguna de las obras que está en curso en la zona se va a ver afectada ni en fondos ni en cambios de calendario.
-¿Cuál es su evaluación de cómo resistió la infraestructura en la zona tras el sismo y el tsunami?
“No obstante tenemos desafíos y tenemos todavía la emergencia, para un terremoto 8,4 grados la infraestructura tuvo un buen comportamiento. Si consideramos que a las 12 horas de un terremoto todos los centros urbanos estaban conectados por tierra, si la Ruta 5 estaba conectada también, si a las 24 horas tuvimos a todos los centros poblados con agua potable, uno dice, de verdad actuamos bien. Aquí hay años de aprendizaje, somos un país que de 1960 a la fecha ha ido perfeccionando sus métodos constructivos”
“Ahora, un país vuelve a la normalidad cuando pasan las primeras fases de la emergencia, limpieza, reposición de agua, luz, servicios básicos y actividad productiva, pero también cuando recupera la normalidad en el resto del desarrollo productivo y de inversiones. En términos de cifras, vamos a tenerlas a finales de la semana”.
-¿Y en casos como Tongoy?
“Para nosotros iniciar las obras de la playa grande en Tongoy, del muelle en la misma ciudad, la construcción del puente, son signos de ir retomando la normalidad. Nosotros hicimos un llamado a volver a visitar la ciudad. El Estado cree en Tongoy y está invirtiendo importantes recursos para fortalecer la vocación turística que tiene. El nuevo puente empieza en octubre su construcción, la caleta de pescadores, que es importante también para el turismo, va a estar terminada a fines de 2016 pero ya está en obra y tiene casi un 10% de avance y también vamos a dar inicio a la construcción de un paseo en el borde costero en la playa grande”.
-Hay un daño en infraestructura vial importante en la costanera ¿cuál es la solución que han pensado allí?
“Nosotros esperamos tener conectada la costanera este sábado, de manera tal de que pueda ser transitable nuevamente. Tenemos tres grandes socavones y los vamos a habilitar a nivel de emergencia, es decir, con rellenos y con bypass, que es lo que hicimos para conectar a Tocopilla con Antofagasta. Después vienen las soluciones definitivas que requieren el cemento, la instalación de una faena”
OBRAS SIN CAMBIOS
Hay obras emblemáticas de la región, que tienen un calendario y un plazo definido y no cambian
-¿Cuál es el estado de la infraestructura del resto de las caletas de la región?
“Éstas no tienen muelle, son caletas donde básicamente las condiciones del mar generan la caleta y son rurales. Se ha aprobado en el Consejo Regional un convenio para la construcción de un recinto estándar, que genere una rampa para embarcaciones y un equipamiento. Son 16 caletas y beneficia a 1.300 pescadores y sus familias. Lo que hoy tenemos es que en algunas se ha roto el muelle provisorio y en otras simplemente se produjo la entrada del mar con la suciedad que genera. Esto es una solución que va más allá de solo la limpieza, es algo más definitivo”.
-Con la experiencia que usted señala ha adquirido Chile ¿Se podría pensar ahora en reconstruir la Avenida Costanera, esta vez con rompeolas o algún sistema similar?
“Existen en el mundo sistemas para contener las marejadas, no existen sistemas para contener el tsunami. En Chile la definición a hacer es decir qué construcción se puede y qué construcción no se puede en zona de tsunami, pero es evidente que el país tiene que convivir con el mar. El mar es fuente de riqueza, fuente de trabajo y de turismo”.
“El alcalde de Coquimbo lo explicaba muy bien. Decía que infraestructura de salud, infraestructura de educación, no debiéremos poner bajo la cota 30, sin embargo, es obvio que la caleta de pescadores tiene que estar al lado del mar, también infraestructura turística”.
-¿Pero sí deben haber ciertas restricciones?
“Lo que quiero señalar es que el efecto de los tsunamis no puede llevarnos al extremo de darle la espalda al mar, sino que nosotros tenemos que saber convivir con el mar que cada cierto tiempo nos genera daños como el que hemos visto, pero es fuente de riqueza, fuente de trabajo, fuente de orgullo, un medio por el cual se transportan nuestras exportaciones”.
“Evidentemente que tiene que haber algún tipo de restricción para algunos tipos de infraestructura, hospitales no se puede, colegios no se puede, pero las caletas, la infraestructura turística tienen que estar cerca del mar”.
-¿Pero sí se puede pensar en un método que tal vez aminore el golpe de las olas?
“Se puede disminuir riesgos en la medida que están sobre cierta cota, en la medida que cierto tipo de infraestructura no esté sobre el borde costero, sino que sobre la cota. Pero vamos por parte, la reflexión que estamos llamados a hacer como país cada vez que hay un tsunami no es darle la espalda al mar, sino como convivimos con el mar y eso evidentemente que se tiene que expresar en una norma respecto a qué cosas se pueden construir y cuáles no y qué infraestructura puede ayudar a aminorar los efectos de un tsunami”.
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Siendo así ¿qué pasa con las viviendas que están en Baquedano?
“No quiero adelantarme a una reflexión que involucra a otros ministerios, pero el llamado es a que tenemos que contemplar que Chile tiene que convivir con el mar y no darle la espalda al mar”.
-¿Este escenario que hoy enfrentamos cambia en algo el panorama de inversiones que ya existía en la región?
“Hay un conjunto de obras que estamos haciendo en la región y yo creo que es bueno como señal de normalidad darnos cuenta que son sumamente importantes y que las seguimos haciendo. Hay un tema de financiamiento, el ministro de Hacienda ha sido claro en señalar que primero los recursos para la emergencia en la reconstrucción están, por lo tanto los ministerios tendrán que reasignar sus fondos”.
-¿Y de qué forma se van a reasignar estos recursos, porque el 2010 hubo proyectos acá que se frenaron para darle prioridad al sur?
“En Obras Públicas la reasignación significa que hay algunas obras que, no es que se dejen de hacer, sino que en vez de financiarlas en dos años yo las financio en tres. Esa es la fórmula con la cual Obras Públicas enfrenta las reasignaciones, siempre, no es de ahora”.
“Sin embargo, hay obras emblemáticas de la región, que tienen un calendario y un plazo definido y no cambian. El estadio de Ovalle, las tres obras en Tongoy, el embalse Valle Hermoso, la ruta Combarbalá Punitaqui, el puente Altovalsol, la licitación del Túnel Agua Negra, no están en esta cantidad de obras que tendremos que “aplanar financieramente” y no cambia el calendario tampoco”.
PREVENCIÓN
Existen en el mundo sistemas para contener las marejadas, no existen sistemas para contener el tsunami.
-¿Qué pasará con el retiro de las grandes embarcaciones que quedaron en la calle?
“Esto es lo único que está encausado pero aún sin fecha. Vamos a tener una reunión entre el comandante de la Armada que estuvo a cargo de sacar los barcos en Talcahuano en el 27 F, la directora de Obras Portuarias y personal del puerto, además de nuestros equipos de la región, encabezados por la seremi, para determinar cuál va a ser el camino para sacar las embarcaciones grandes que son 5. Por peso, no solo hay una restricción de que tenemos que tener una grúa lo suficientemente potente para sacar eso, sino que tenemos que estar seguros que la plataforma donde se posa esa grúa resista el peso, para lo cual estamos haciendo los análisis estructurales del daño que pudiera tener la plataforma, porque si ponemos una grúa pero eso no está firme, el remedio puede ser peor que la enfermedad con posterioridad”.
Fuente: diarioeldia.cl